España volvió a mover la ficha en el juego de la Ley de Nietos, y esta vez lo hizo implementando un nuevo sistema digital para gestionar las citas en su consulado en La Habana. La medida, según ellos, busca «ordenar el proceso», pero en la práctica ha dejado a miles de cubanos colgados de la brocha… otra vez.
El anuncio oficial llegó este jueves: a partir de ahora, todo el que quiera optar por la ciudadanía española en el marco de la Ley de Memoria Democrática tendrá que hacerlo a través de un formulario online. Y olvídate del correo electrónico, porque ese método quedó clausurado definitivamente.
Adiós al correo, hola al caos digital
Según explicó el consulado español, el nuevo sistema permite enviar varias solicitudes desde un mismo correo (buena noticia), siempre que los interesados tengan acceso constante a esa cuenta (y ahí es donde la puerca torció el rabo, porque en Cuba eso de «acceso constante» es casi ciencia ficción).
Además, al llenar el formulario, el solicitante recibirá automáticamente un resguardo con firma electrónica (CSV), válido incluso si la cita presencial ocurre después del 22 de octubre de 2025. Pero, ojo, esa fecha es clave: a partir de ahí, todas las credenciales viejas serán eliminadas.
¿Y los que ya estaban en el sistema viejo?
Aquí viene la parte que tiene a más de uno sin uñas de tanto comérselas: el consulado aclaró que los que enviaron sus datos antes no deben repetir el trámite, porque supuestamente les llegará su resguardo por correo «en orden cronológico». Pero claro, el problema es que muchos siguen esperando ese bendito correo… y el reloj no se detiene.
¿Orden cronológico? Eso en Cuba es una utopía.
Una ley con fecha de caducidad y miles en el limbo
Desde que se implementó la famosa Ley de Memoria Democrática, más de 300 mil cubanos se han lanzado a intentar conseguir la nacionalidad. Pero el consulado no da abasto y la presión ha ido en aumento. La plataforma anterior fue un desastre, y ahora con esta nueva tampoco hay garantías de que el proceso fluya con normalidad.
La frustración ha ido escalando al punto que muchos ya están exigiendo una prórroga de la ley, pues el temor a quedarse fuera es real. Miles de personas tienen todo en regla, pero el sistema no responde, los correos no llegan y la ansiedad colectiva crece.
Un proceso desigual que castiga al cubano de a pie
Mientras unos pocos —los bien conectados— logran colarse en el proceso como Pedro por su casa, la gran mayoría sigue enfrentándose a una combinación tóxica de burocracia española y precariedad cubana. Porque no es lo mismo enviar un formulario desde Madrid con WiFi que desde La Lisa con apagón y datos móviles por las nubes.
La llamada “Ley de Nietos” se ha convertido en una carrera contra el tiempo, y lamentablemente, el cubano común va en chancletas mientras otros corren en patines.
¿Qué vendrá ahora? ¿Otra reforma más?
Por lo pronto, el consulado insiste en que están trabajando para “respetar el orden” y “garantizar transparencia”, pero los hechos no siempre respaldan esas palabras. Y con la ley vigente solo por tiempo limitado, muchos temen que el tren de la nacionalidad se les vaya sin siquiera poder subirse.