Una madre camagüeyana, con el corazón en la mano y la paciencia agotada, se lanzó este jueves a una protesta solitaria frente al Gobierno Provincial de Camagüey. Su nombre es Yosleydis Rodríguez Rodríguez, y como muchas madres cubanas, ya no pudo aguantar más la indolencia de quienes gobiernan.
La mujer, vecina del barrio La Güernica, llegó al edificio oficial con toda la furia que provoca la impotencia. Según informó el periodista independiente José Luis Tan Estrada, exiliado en Estados Unidos, Yosleydis exigía una respuesta urgente ante la falta de electricidad que lleva azotando su zona desde el día anterior a las 3 de la tarde.
Pero esto no se trata solo de un apagón más en la larga lista de abusos. En su casa viven dos niños, uno pequeño y otro con síndrome de Down, que sufren cada vez que la oscuridad lo invade todo sin previo aviso ni compasión.
«Mi hijo con condiciones especiales se descompensó por completo. No nos da ni tiempo a cargar las lámparas. Por mis hijos, yo hago lo que sea», gritó la madre en medio de su desesperación.
“¡Ellos comen con corriente, y nosotros a oscuras!”
En su denuncia, Yosleydis no solo reclamó una solución al apagón, sino que también dejó al descubierto la doble moral de los funcionarios. Mientras ella esperaba en la sede gubernamental, las empleadas almorzaban sin problemas, disfrutando del lujo que da tener corriente eléctrica, mientras su refrigerador en casa se descongela y la comida se pierde.
«Hace 45 minutos que llegué aquí y lo único que hacen es comer. ¡Claro, con corriente! ¿Y al pueblo quién lo defiende?», dijo indignada.
La protesta no fue en vano. Su valentía conmovió a miles de cubanos dentro y fuera de la Isla, quienes comenzaron a compartir el video en redes sociales bajo la etiqueta #NoLaDejemosSola, como un acto de respaldo a una madre que no teme dar la cara por lo que considera justo.
“Esto que hacen es contrarrevolución. Nos están matando”
Yosleydis no se mordió la lengua. Frente a las cámaras y sin esconder su rostro, acusó directamente al régimen de estar asesinando lentamente al pueblo con su negligencia y falta de humanidad. Pidió además que se publiquen horarios claros y oficiales de apagones, para que las familias puedan al menos planificar su día y no quedar a merced de la oscuridad.
«Esto es contrarrevolución. Nos están matando poco a poco. ¡Ya está bueno ya!», exclamó con una mezcla de rabia y dolor.
Madres valientes, silenciadas por la dictadura
Aunque su protesta ha tenido eco en redes, la historia de Yosleydis no es un caso aislado. Otras madres en toda Cuba han hecho lo mismo: se han plantado frente a las autoridades para exigir lo mínimo, y han sido ignoradas, calladas o amenazadas. La realidad es que el régimen le ha dado la espalda a las madres cubanas, las mismas que crían a los niños en medio de apagones, escasez y abandono.
En un país donde la cúpula del poder vive entre lujos y privilegios, las madres humildes como Yosleydis siguen siendo las verdaderas guerreras. Y lo único que piden es justicia.
Esta historia no solo es una denuncia, es también una advertencia: el pueblo está cansado. Y las madres cubanas están perdiendo el miedo.
