¿Otra “pausa técnica” o una movida más del régimen? Este jueves, los pagos electrónicos en Cuba volvieron a estar “operativos”, según la estatal REDSA, después de un apagón digital que dejó a los cubanos sin acceso a su dinero durante varias horas.
La interrupción —que afectó desde cajeros automáticos hasta apps como Transfermóvil y EnZona— fue justificada como un “mantenimiento programado”. Pero, como ya es costumbre, el pueblo no compra ese cuento sin recibo.
Desde la madrugada del miércoles 30 de julio hasta las 5:00 a.m. del jueves 31, todo el sistema financiero digital estuvo fuera de combate. Pagos, transferencias, puntos de venta, cajeros… nada funcionó. Y en un país donde cada centavo es una batalla, ese tipo de “mantenimiento” es más que un dolor de cabeza: es otra piedra en el zapato de la sobrevivencia diaria.
REDSA salió rápido a cantar victoria. “Todo está activo al 100%”, dijo Eduardo Cubillas Jiménez, el director de su Centro de Datos. Según él, las tareas se cumplieron “satisfactoriamente” y ahora “todo fluye”. Pero muchos cubanos, en lugar de celebrar, levantaron las cejas con sospecha.
Y no es para menos. Ya se ha vuelto costumbre que después de estos “ajustes técnicos” venga alguna medida impopular, como ocurrió hace poco cuando ETECSA subió las tarifas sin anestesia. Por eso, en redes sociales, más de uno especuló si este apagón digital no será otra jugada para cocinar a fuego lento algún nuevo sablazo económico.
En una isla donde el efectivo escasea más que el aceite, los apagones son pan de cada día y la conectividad va a tracción animal, cualquier alteración en los servicios financieros digitales es un trago amargo. Sobre todo porque el gobierno nunca ofrece detalles técnicos claros que justifiquen realmente los cortes. Todo es opaco, sospechoso… y siempre con tufillo a control.
La realidad es que el cubano ya no confía ni en las aplicaciones del Estado, ni en sus promesas digitales. En vez de “empoderar” al pueblo con tecnología, el régimen ha convertido los sistemas electrónicos en otra herramienta para apretar el cinturón… y vigilar cada paso del que aún puede mover un peso por internet.