En un país donde los viejitos no tienen ni para un pan con aceite, el régimen cubano ha decidido premiar a los suyos: los militares. Así mismo, sin pena ni disimulo, publicaron este jueves en la Gaceta Oficial el Decreto-Ley 105/2025, un regalito legal para reforzar aún más los privilegios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), justo cuando la isla está de cabeza, con apagones, hambre y cero esperanzas.
Mientras la mayoría de los cubanos tiene que estirar una pensión que no alcanza ni para un cartón de huevos, los uniformados recibirán el beneficio de cobrar dos veces: su jubilación y un nuevo salario si deciden volver a trabajar. Y por si fuera poco, podrán reincorporarse a sus antiguos cargos o estrenar uno nuevo, todo con el visto bueno del Ministro de las FAR, quien ahora tiene aún más poder para decidir a quién se le da esa “ayudita”.
¿Y el resto del pueblo? Bien, gracias.
A los jefes, más y más
El nuevo decreto establece que los militares con 50 años de servicio o más —y los pensionados que regresen por al menos cinco años más, aunque sea por partes— podrán cobrar incluso más del 90% de su último salario, rompiendo el techo establecido para el resto de los mortales. ¿Qué cubano civil tiene ese lujo?
En un país donde el salario medio es una ofensa y la pensión una burla, el régimen ha dejado claro a quién quiere cuidar: a los que sostienen el aparato represivo. A esos que garantizan que la bota siga firme y el miedo se mantenga.
Condiciones que solo aplican a los de verde olivo
Esta nueva normativa no solo mejora el cálculo de pensiones, sino que también endurece reglas para quienes quieran mantener el beneficio. Por ejemplo, si no asistes a un chequeo médico obligatorio o no formalizas la tutela legal de un incapacitado, puedes perder la pensión. Pero todo eso parece más control que justicia social.
Y no hablemos de los viudos pensionados: si encuentran trabajo, automáticamente se quedan sin ese dinerito. Claro, eso es solo para los civiles. Porque a los militares, mientras más años y más servicios, más les dan.
Una bofetada a los jubilados de a pie
La realidad es clara: mientras los abuelos del barrio sobreviven con menos de 10 dólares al mes, el régimen premia a los mismos de siempre. Esos que estuvieron y están detrás de cada represión, de cada operativo, de cada acto de intimidación contra el pueblo.
Para colmo, en apenas 30 días tienen que sacar una versión revisada del decreto que regula este sistema exclusivo, como si eso fuera la prioridad del país. ¿Y los médicos jubilados, los maestros, los obreros? Que esperen, como siempre, porque aquí la prioridad es el uniforme, no el esfuerzo real del pueblo trabajador.
Otro coronel al panteón, y la represión sigue intacta
Mientras se firman estos decretos vergonzosos, el régimen también despidió esta semana a uno de sus veteranos: el coronel Pedro Francisco Rodríguez Peralta, quien murió a los 88 años luego de pasarse medio siglo metido en el corazón del MININT y las FAR. Un hombre que no solo participó en Playa Girón y Angola, sino que también dirigió unidades clave de control interno como la Tropa Guardafronteras y los Guardabosques.
Fue condecorado hasta el cansancio, como todos los que le sirvieron ciegamente al sistema. Medallas, títulos, reconocimientos… lo que nunca faltó fue el respaldo del Estado. Sus restos fueron cremados este lunes, y como era de esperarse, ni una palabra de autocrítica en su nota oficial, ni una reflexión sobre el legado de represión que deja detrás.
Un patrón que se repite
Su muerte se suma a la de varios peces gordos del MININT en los últimos meses. Gente como el general Hernández Alcaraz, el coronel Delgado Chaple o el general Sotomayor García, este último sancionado por Estados Unidos por abusos en las protestas del 11J. Todos ellos parte de la misma maquinaria que hoy el régimen premia con pensiones gordas y doble salario, mientras el cubano de a pie no tiene ni corriente para cocinar.
Así anda Cuba hoy: una élite militar bien cuidada, mientras el resto del país sobrevive en la miseria.
