Hay historias que duelen… pero esta indigna. Un anciano cubano de 86 años apareció muerto junto a un cesto de basura en un área trasera del Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, en Santiago de Cuba. Y no, no es una exageración: lo encontraron literalmente tirado como si fuera un objeto desechable.
El nombre del fallecido es Alberto Fajardo Videaux, oriundo de Guantánamo. Según reportó el periodista independiente Yosmany Mayeta, el hombre no tenía familia conocida en Santiago. Había sido ingresado en el piso 5A del hospital, y según fuentes internas, fue hallado agonizando tras recibir una brutal golpiza. ¿El resultado? Una hemorragia cerebral severa por fractura craneal. O sea, le rompieron la cabeza.
Lo más fuerte de todo es que murió sin que nadie lo ayudara, sin que alguien siquiera intentara socorrerlo a tiempo. ¿Dónde estaban los médicos, los enfermeros, la seguridad del hospital?
Las autoridades acordonaron la zona y llegaron especialistas de Medicina Legal, pero los testigos aseguran que el área donde ocurrió la agresión estaba completamente a oscuras y sin cámaras de seguridad activas. Un pasillo sin vigilancia, en un hospital donde supuestamente debería haber atención constante a pacientes. Es como si lo hubieran dejado ahí a su suerte.
“Murió como un perro y lo dejaron tirado como basura”, soltó una fuente desde dentro del hospital. Y no es una metáfora. Su cuerpo fue llevado a la morgue, pero —para colmo— ni siquiera hay cámara refrigerada para conservarlo. Hasta ahora, nadie lo ha reclamado.
Lo más triste de todo esto es que, según fuentes del centro, su familia simplemente lo dejó ahí y nunca más regresó. Lo abandonaron en vida, y el sistema de salud cubano —ese que el gobierno insiste en seguir vendiendo como “potencia médica”— terminó de hacer el resto: falla tras falla, abandono tras abandono.
Esta no es solo una historia de negligencia. Es una prueba más de la profunda crisis de humanidad que vive Cuba. Porque más allá de la falta de medicamentos o de camas, lo que está faltando es empatía, respeto, cuidado… lo más básico.
Mientras tanto, el cuerpo de un abuelo sigue esperando en una morgue sin frío, sin familia, y sin justicia. Y eso, en cualquier país que se respete, sería escándalo nacional. Pero en Cuba… es solo otra víctima más del colapso.