Hay videos que entretienen, otros que informan… y hay algunos que duelen. Eso fue lo que sintieron miles de personas cuando vieron a @elemy90, un músico cubano, contar entre lágrimas que, después de ocho años lejos de sus hijos, podría ser deportado de Estados Unidos. Su historia, que explotó en TikTok, no es solo la de un artista sin suerte, sino la de cientos de migrantes que siguen en el limbo.
El testimonio empieza tras su primera audiencia en la corte migratoria. Sin abogado, sin permiso de trabajo y sin idea de qué viene después, el músico salió de la sala virtual con la cabeza llena de preguntas. Le informaron que tenía una orden de expulsión y que su caso sería transferido a Orlando, Florida. Así, sin anestesia.
“Llevo ocho años fuera de Cuba. Me pasé casi cuatro en Perú y otros cuatro aquí. Dejé a mis hijos con un año y medio. Ya van a cumplir diez. A veces me mato pensando si valió la pena”, dijo, con una sinceridad que partió el alma de más de uno.
A pesar de su situación, no pidió ayuda. Al contrario: cuando empezaron a ofrecerle donaciones, él mismo frenó todo. Dijo que no sería justo aceptar dinero cuando hay otros cubanos y latinos en condiciones peores, pero sin visibilidad. “Con el dinero del pueblo no se juega”, sentenció en un segundo video, que también se hizo viral.
Su caso se complica más por su estatus migratorio. Como muchos, llegó por la frontera y permanece bajo I-220A, una categoría que no da permiso de trabajo ni seguridad legal. Mientras algunos migrantes logran que sus procesos se alarguen durante años, a él ya le hablaron de deportación. Y lo peor es que en los papeles no hay nada claro: no aparece la orden como tal, solo el traslado del caso.
Y por si fuera poco, su carrera musical tampoco le ha dado oxígeno. Sin disquera, sin ingresos, vive gracias al apoyo de un mecenas que lo ayuda de manera informal. “No quiero que piensen que estoy usando esto para grabar un videoclip. No sería justo”, aclaró.
“Fui solo. Es muy difícil entender lo que te dicen en ese momento. Las palabras te pesan más cuando estás solo”, confesó. A pesar de la tormenta, ha prometido hacer un live para conversar con sus seguidores, aunque admite que no tiene fuerzas para responder cada mensaje.
Ahora, solo queda esperar una notificación oficial desde Orlando. Mientras tanto, él sigue en pausa: sin cantar, sin trabajar, sin abrazar a sus hijos. En una tierra que se vendía como tierra de oportunidades, pero que hoy le devuelve soledad, papeles confusos y un silencio que duele más que cualquier sentencia.
Esta es la historia de @elemy90, pero también es el espejo de miles de cubanos que, tras cruzar fronteras, selvas y mares, descubren que el verdadero muro no siempre está en la frontera… sino en la incertidumbre que viene después.