Desde algún rincón de Estados Unidos, una abuela cubana sacó pecho este fin de semana y plantó cara a quienes la señalaron por ganarse la vida vendiendo mangos. La escena, compartida por la página “La Familia Cubana”, ha corrido como pólvora en redes, desatando respeto y admiración dentro de la comunidad migrante.
Con 66 años a cuestas y natural del habanero municipio de San Miguel del Padrón, la señora no se quedó callada ante la crítica de un descarado que la juzgó sin conocer ni un pelo de su historia. “Me parece una falta de respeto de su parte, porque ni lo conozco. Yo no estoy robando, ni soy drogadicta. Me estoy buscando el dinero honradamente”, soltó con toda la dignidad del mundo, sentada en la parte de atrás de su carro, con el sudor en la frente y el corazón en la mano.
Una respuesta con sabor a justicia y mucha dignidad
A la mujer, que algunos en redes han identificado como “Zulema la más viral”, no le tembló la voz para decir lo que muchos piensan y pocos se atreven a gritar. “Yo paso necesidad con mis dos nietos, así que no venga nadie a juzgar lo que no conoce”, dijo, dejando claro que en esta vida lo que cuenta es la lucha honesta, no las apariencias ni las lenguas venenosas.
Agradecida con quienes sí la apoyan, la abuela lanzó un mensaje claro y sin filtro: “Gracias a todos los que me han ayudado a vender mis mangos. Y para que lo sepan, el mes que viene voy con los mameyes. Lo demás no me interesa para nada”. Un canto de rebeldía con olor a fruta madura.
Solidaridad desde Miami y más allá
La respuesta valiente de esta cubana ha despertado una ola de cariño, solidaridad y respeto, sobre todo entre quienes saben lo que es salir adelante sin ayuda, sin excusas, sin esperar nada del régimen que la obligó a empezar de cero fuera de su tierra.
Hasta figuras conocidas de la comunidad cubana en Miami, como la actriz Aly Sánchez, se sumaron al respaldo: “Bravo, mi amor. Dime dónde estás que voy a comprarte”.
Los mensajes de apoyo no han parado. Desde “Esos dos nietos tuyos tienen una campeona de abuela” hasta “Tú eres una guerrera con dignidad y principios. No como esos que critican desde la comodidad o la envidia”, muchos cubanos han sentido en carne propia las palabras de esta mujer que no se rinde.
Cuando el trabajo honesto incomoda a los que no saben lo que es sudar
En un país donde se valora al que lucha y se repudia al que roba, vender mangos es tan digno como cualquier otra cosa, aunque algunos prefieran mirar por encima del hombro. “Muy bien dicho, señora. Usted trabaja honestamente en lo que puede”, le escribieron. “Eso es un trabajo como otro cualquiera. Malo es robar”.
Y para rematar, uno soltó lo que muchos pensaban: “Lo puso nuevo de paquete”, en referencia a cómo la abuela le dio una lección de humildad al que se atrevió a criticarla.
Mientras el régimen cubano condena a miles de abuelos al abandono y la miseria, esta señora demuestra que, fuera del control del castrismo, sí se puede envejecer con orgullo, con trabajo y con la frente en alto.