Si creías que lo habías visto todo en las guaguas de La Habana, prepárate, porque esta historia parece sacada de una película de atracos… pero sin final feliz para las víctimas. Esta semana, en plena ruta P11 hacia Alamar, un grupo de pasajeros sufrió el robo de varios teléfonos celulares ¡en una misma vuelta! Aunque las autoridades detuvieron a un sospechoso, los móviles… desaparecieron como por arte de magia. 🤯
Todo pasó cerca de las dos de la tarde del martes 29 de julio. El ómnibus estaba en la parada de Cuba y Chacón, cuando de pronto se activó la alarma: varios pasajeros comenzaron a notar que les faltaban sus teléfonos. Se armó el revuelo y, según reportó el perfil Transportación Habana en Facebook, se revisó a todos los pasajeros dentro del bus.
Aproximadamente a las 2:30 p.m., después del chequeo completo, se les permitió subir nuevamente y continuar el viaje. Pero uno no continuó: un hombre quedó detenido. Eso sí… los teléfonos jamás aparecieron, lo que dejó a más de uno con la duda: “¿Y entonces, si era él, dónde los escondió?” 😐
La explicación vino en los comentarios del propio post. Varios usuarios no tardaron en compartir lo que ya muchos sospechaban: los robos en las guaguas no los hace una sola persona, sino grupos organizados. Uno actúa, otro cubre y otro recoge. Como en los tiempos del carterista clásico, pero ahora con tecnología.
Una mujer incluso contó que casi le pasa algo similar: “Monté con mis hijos y vi justo a tiempo cómo una mujer y un joven le abrían la mochila a mi niño. Gracias a Dios lo vi, porque me hubieran dejado sin un kilo”. Sí, hasta mujeres hacen “la pala” en estos operativos callejeros.
Otro internauta fue más directo: “Eso es en combo. No trabajan solos. Que lo metan preso un tiempo, a ver si canta quiénes son los demás”.
Y es que este tipo de robo se ha convertido en un dolor de cabeza en La Habana. Las guaguas, siempre llenas por la escasez de transporte, son el escenario perfecto para que los ladrones hagan lo suyo sin ser detectados. Se cuelan entre la gente, esperan las horas pico, y listo: sacan un celular sin que te enteres hasta que bajas.
Algunos incluso usan objetos cortantes para abrir mochilas sin que lo sientas. El problema es que aunque se pueden bloquear los teléfonos robados por IMEI, pocos saben cómo hacerlo o no tienen los datos a mano cuando ocurre el robo. Resultado: teléfonos perdidos y delincuentes sueltos.
Y mientras el mercado negro sigue funcionando a toda máquina —ya sea vendiendo los teléfonos enteros o en piezas—, los usuarios siguen pidiendo más control y vigilancia en las rutas más concurridas.
Así que ya sabes: si vas en una guagua, ten los ojos bien abiertos, la mochila al frente y el teléfono bien guardado. Porque, en estos tiempos, un viaje al trabajo puede terminar con el susto de que “te bajaste sin celular”.