La decadencia del turismo en Cuba ya no es solo una cifra en los reportes oficiales. Ahora tiene rostro, voz y video. Una joven cubana, conocida en TikTok como @briana_matancera, decidió mostrar sin filtros la dura realidad de Varadero, esa joya turística que el régimen vendía como vitrina del socialismo “moderno”, pero que hoy parece un pueblo fantasma.
“Cada día el turismo está más bajito”, lamenta Briana mientras camina por calles vacías, con hoteles cerrados y negocios apagados. En sus palabras se mezcla la tristeza con la ironía, porque aunque diga “no sé qué está pasando”, todos sabemos muy bien qué está pasando: el país se cae a pedazos y ni el turismo se salva.
De bullicioso a desolado: el silencio que grita
Briana recuerda que antes no se podía ni caminar por esas avenidas, de tantos turistas que llegaban de todos lados. Hoy, en pleno verano, ni los cubanos pueden darse el lujo de llegar hasta Varadero. Entre la gasolina que no aparece, el transporte que no funciona y los precios que no hay bolsillo que aguante, ya nadie viaja a pasar un día de playa como antes.
Y no solo lo dice ella. Las cifras también lo confirman: más de 319 mil visitantes menos llegaron a Cuba entre enero y junio de este año, en comparación con el mismo período del año anterior. Una caída brutal del 25% que evidencia que ni las estadísticas del régimen pueden maquillar esta debacle.
Discriminación y decepción en un destino venido abajo
La influencer dominicana @toxicaliz27, conocida como la dominicana más cubana, también compartió su desilusión tras visitar Varadero. Aunque es extranjera, la trataron como si fuera local. Le dijeron el precio del mojito antes de servírselo (como quien avisa que no va a fiar) y hasta le negaron la entrada a un bar, mientras a otros turistas sí los dejaban pasar.
“Me quedé en shock”, contó. Y no es para menos. El trato desigual, el servicio precario y la falta de profesionalismo han convertido al otrora balneario estrella en un lugar que ya no enamora a nadie.
Más hoteles, menos arroz en la mesa
Mientras el pueblo se sumerge en apagones, hambre y colas infinitas, el gobierno sigue obsesionado con su vieja cantaleta: que el turismo es “la salvación económica”. Pero lo que no dicen es que esa salvación nunca llega al cubano de a pie. Se gastan millones en construir hoteles vacíos, mientras los hospitales se caen, las escuelas se quedan sin maestros y el plato sigue vacío en la mesa del pueblo.
Por eso en las redes se repite una frase con rabia y resignación: “Más hoteles y menos comida”. Una crítica certera a un régimen que ya no convence ni a sus propios turistas.
¿Hasta cuándo, Marrero, con el mismo cuento? Se pregunta uno de tantos cubanos cansados de ver cómo los recursos se malgastan y las soluciones nunca llegan. Porque ya no hay sol ni playa que tapen la miseria, ni discurso que maquille el fracaso. Varadero, como el país entero, se queda solo mientras el régimen sigue vendiendo humo.
