Mientras la mayoría de los cubanos lidia con apagones, falta de alimentos, medicinas y transporte, en Varadero se celebró un torneo de golf femenino que parece sacado de otro mundo. Sí, así como lo lees: el régimen sigue apostando al turismo de lujo para atraer extranjeros con billetes gordos, dejando claro que en Cuba hay dos realidades muy distintas.
Del 1 al 3 de agosto, el exclusivo Varadero Golf Club fue escenario de un evento solo para mujeres, organizado por el hotel Meliá Las Américas. Este torneo no fue solo de golpes y swings, sino que también incluyó clases teóricas, yoga en el hoyo 18 (¡qué lujo!), y prácticas en el Driving Range para que las participantes perfeccionaran su juego. Lo reportó el diario oficialista Trabajadores, que dejó claro que esto es parte de la estrategia para atraer turistas con alto poder adquisitivo.
El Varadero Golf Club, que cumplió 31 años recientemente, es el único de su tipo en Cuba y tiene renombre internacional. A lo largo de su historia, han competido figuras legendarias como Gary Player y Álvaro Quirós, y ha sido sede de torneos como la Copa Club Med y el European Challenge Tour.
Meliá Cuba no pierde tiempo y ya anunció una segunda edición del torneo para septiembre, con la intención de seguir ampliando este mercado femenino dentro de un deporte que tradicionalmente ha sido más de hombres. Maité Artieda, directora de Comunicación y Marketing de Meliá Cuba, comentó que quieren “potenciar este segmento” y crear redes de apoyo entre mujeres apasionadas por el golf.
Pero ojo, los precios no son para cualquier bolsillo: aunque ya no están publicados en la web, se calcula que pueden ir desde 120 hasta 370 euros por persona. Eso para un país donde el salario promedio no alcanza para cubrir ni lo básico.
Y ahí está el contraste brutal: mientras en Varadero florecen estos eventos llenos de lujo y exclusividad, afuera la mayoría de la gente sufre cortes eléctricos, inflación que no para y un sistema que no da tregua. El golf y sus torneos son vistos dentro y fuera de Cuba como símbolo de esa economía dual que crece y crece, separando aún más a los que pueden permitirse esos lujos de quienes luchan cada día para sobrevivir.
Así que, mientras el campo de golf brilla con comodidad y turistas adinerados, el resto del país sigue batallando con la cruda realidad. Porque en Cuba, el bienestar sigue siendo un privilegio para muy pocos.