En Cuba ya nada sorprende… hasta que llega una noticia como esta. Un accidente de tránsito dejó varios heridos en Bayamo, pero lo que realmente desató la rabia colectiva fue que, en medio del caos, hubo gente que no fue a ayudar… ¡fue a robar! Sí, como si no bastara con la tragedia, aparecieron los oportunistas de turno, listos para meter mano donde no debían.
Todo ocurrió el sábado, en la salida de Bayamo rumbo a Holguín. Un auto de turismo, que iba a una velocidad bastante cuestionable, terminó chocando de frente contra un carro particular. El impacto fue tan brutal que el vehículo quedó partido en dos, con piezas regadas por toda la carretera. La escena era de película: metal retorcido, personas heridas y testigos en shock.
Pero como si eso no fuera suficiente, lo más vergonzoso vino después. Mientras unos trataban de reaccionar ante el desastre, otros —con cero humanidad— empezaron a saquear. En vez de correr a ayudar a los lesionados, algunos prefirieron correr… pero hacia las pertenencias ajenas.
Según publicó el perfil oficialista El Cubano Fiel, varios individuos comenzaron a robar las cosas de los accidentados. Otros, como si fueran influencers del horror, se pusieron a grabar con el celular como si se tratara de un espectáculo, y solo unos pocos se acercaron realmente a asistir a las víctimas. Triste, pero cierto.
La policía tuvo que actuar rápido. No solo para auxiliar a los heridos, sino también para controlar a los saqueadores. Algunos fueron detenidos en el momento, y ya están bajo custodia. Según testigos, la situación se volvió tan caótica que hubo que dividir los recursos entre salvar vidas y atrapar delincuentes en pleno robo.
Y esto no es nuevo. En abril de este mismo año, en Santiago de Cuba, una mujer que cayó de una moto fue robada por alguien que fingía ayudarla. Y en noviembre, en La Habana Vieja, le quitaron el celular a un fallecido y el dinero a un conductor herido mientras aún se atendía la emergencia.
Estos casos ya no parecen hechos aislados, sino síntomas de algo más grave. No es solo la crisis económica, es una crisis moral. La falta de empatía, el «sálvese quien pueda», y la desesperación están deshilachando los valores que una vez sostuvieron a la sociedad cubana.
Las autoridades aseguran que los culpables del saqueo en Bayamo serán llevados a tribunales. Pero más allá del castigo legal, hay un juicio más importante: el de un pueblo que se niega a normalizar la miseria y la deshumanización. Porque si algo está claro, es que no podemos perder también lo poco de decencia que nos queda.