La noticia que ha sacudido a Santiago de Cuba en los últimos días sigue generando preocupación y una ola de solidaridad. El periodista y profesor universitario Enrique Pérez Fumero, brutalmente agredido en la madrugada del domingo, se encuentra en estado crítico y podría ser sometido a una cirugía cerebral de urgencia.
La noticia la dieron a conocer este martes los periodistas Leo Carbonell y Yosmany Mayeta Labrada, quienes han seguido el caso de cerca desde el inicio. Tras ser trasladado a la provincia de Las Tunas para realizarle una tomografía computarizada, los médicos detectaron una lesión cerebral severa. Ahora, de vuelta en Santiago, los especialistas valoran la posibilidad de operarlo cuanto antes.
La situación es delicada. El diagnóstico es reservado, pero todo apunta a que la operación podría ser inminente. Familiares y personas cercanas al periodista han confirmado que su estado es muy grave y que se están haciendo los preparativos necesarios para intervenirlo, si los médicos lo consideran viable.
Leo Carbonell compartió que, según la colega Beatriz Vaillant, la madre de Enrique ya fue informada de los resultados y se espera que un equipo médico especializado los evalúe para tomar una decisión definitiva.
Por su parte, Mayeta Labrada añadió un detalle que estremeció a muchos: el padre del periodista estaría realizando preparativos como el rasurado de cabeza, señal clara de que la cirugía podría ser inminente. Esto no hace más que confirmar la gravedad del cuadro clínico.
En medio del drama, han circulado en redes versiones contradictorias sobre su evolución. Algunas han sido descartadas directamente por familiares cercanos, que piden respeto, paciencia y oraciones. Por ahora, el enfoque está en mantener a Enrique con vida y en manos de los mejores médicos disponibles.
Recordemos que Pérez Fumero fue salvajemente golpeado en plena calle, en la intersección de Barnada y San Mateo, en pleno centro histórico de Santiago. Los agresores, hasta el momento, no han sido identificados. La brutalidad del ataque ha levantado una ola de indignación, especialmente en la comunidad universitaria y periodística, que exige justicia.
En redes sociales, decenas de estudiantes, colegas y ciudadanos han llenado los muros de mensajes de apoyo y deseos de recuperación. Pero también crecen las voces que exigen una investigación transparente, porque un periodista agredido es un golpe a toda la sociedad.
