Hay cosas que indignan, y luego está lo que dijo Enrique Villuendas, funcionario del Partido Comunista de Cuba (PCC), que logró encender las redes con una mentira que muchos calificaron como miserable: según él, durante el Maleconazo de 1994 y las protestas del 11 de julio de 2021, “no hubo que disparar un tiro”. Así, sin pestañear.
Justo cuando se cumplen 31 años del Maleconazo y 4 años del 11J, Villuendas, desde su cuenta en X (antes Twitter), soltó esta perla:
“El 5 de agosto del 94 no hubo que disparar un tiro. El 11 de julio de 2021 tampoco: se llama pueblo, firmeza y liderazgo. ¡Por eso #YoSigoAMiPresidente! #100AñosConFidel”.
Por supuesto, el post no tardó en incendiar las redes. Porque si hay algo que los cubanos no olvidan es la represión brutal que vivieron —y vivieron en carne propia— durante esas dos fechas históricas.
Uno de los primeros en responder fue el periodista e investigador José Raúl Gallego, quien con pruebas en la mano desmintió categóricamente las palabras del funcionario. Desde videos, fotos, reportes oficiales, hasta testimonios recogidos por el proyecto Inventario, dejó claro que sí hubo disparos, heridos y muertos.
Gallego recordó especialmente el caso de Diubis Laurencio Tejeda, un joven de 36 años que fue asesinado de un tiro por la espalda durante las protestas del 11J en La Güinera, La Habana. El disparo fue hecho con una pistola Makarov, arma oficial de la policía cubana. La Fiscalía lo reconoció, pero jamás se permitió una investigación independiente. El nombre del agente aún sigue oculto.
Y eso no es todo. También compartió imágenes de personas con heridas de balas de goma, perdigones y proyectiles letales, disparados por policías y por civiles armados al servicio del Ministerio del Interior. ¿No hubo violencia? Solo si uno se tapa los ojos y borra internet.
En cuanto al Maleconazo, aunque no existían tantos videos en 1994, abundan los testimonios sobre los golpes, arrestos y palizas organizadas por los tristemente famosos grupos de choque como el Contingente Blas Roca Calderío. Según Gallego, Fidel Castro solo salió a la calle cuando ya la policía había hecho el trabajo sucio.
Como era de esperar, la funcionaria Susely Morfa no tardó en sumarse al discurso oficialista y aseguró que Fidel y el gobierno «aplastaron la contrarrevolución». Y claro, desde la comodidad del poder, siguen vendiendo una versión reciclada, que no resiste ni el primer archivo de video.
Pero el pueblo tiene memoria. Las imágenes de jóvenes arrastrados, madres llorando a sus hijos, presos políticos y más de 700 condenados después del 11J hablan más fuerte que cualquier tuit con hashtags de propaganda.
La realidad es esta: en Cuba, decir la verdad es peligroso, pero mentir descaradamente desde el poder parece ser parte del guion oficial.