El canciller cubano Bruno Rodríguez volvió a sacar las garras en redes sociales, esta vez para acusar a Estados Unidos de “separar familias cubanas”. Sí, como lo lees. En pleno 2025, el funcionario del régimen que lleva más de seis décadas controlando hasta los suspiros del pueblo cubano, se atrevió a culpar al gobierno de EE.UU. por una situación que su propio sistema provocó desde 1959.
Todo comenzó con una publicación en la red social X (antes Twitter), donde Rodríguez lanzó dardos contra políticos de origen cubano, incluyendo al actual secretario de Estado, Marco Rubio, por supuestamente endurecer las políticas migratorias hacia los nacionales de la isla. El canciller los acusó de “intimidar, lanzar amenazas y perseguir a migrantes cubanos con vínculos con su patria”. El mensaje, acompañado de una foto dramática de un migrante detenido por ICE, buscaba culpar a Washington del drama migratorio.
Pero, como era de esperarse, los cubanos —dentro y fuera de la isla— no se quedaron callados. Le llovieron las respuestas. Muchos le recordaron que si alguien ha separado familias, ha sido la propia dictadura cubana, desde los primeros años del llamado “triunfo revolucionario”. Desde restricciones de salida, “regulados”, exilios forzados y penas de cárcel por “pensar diferente”, Cuba se convirtió en un país donde ver a tu familia puede tardar décadas… si es que vuelve a pasar.
“Desde 1959 esa maldita revolución está separando familias”, fue uno de los comentarios más directos que se viralizó. Y no es para menos. El control ideológico, la censura, la pobreza crónica y la represión han forzado a millones a huir de la isla. ¿Y qué hace el gobierno? Pues sigue cobrando las remesas, limitando entradas y salidas, y usando el sufrimiento familiar como herramienta política.
Usuarios también sacaron a relucir la hipocresía del régimen: por un lado, se quejan de la “persecución a migrantes cubanos”, pero por el otro, castigan con destierro a opositores, niegan entrada a activistas, y siguen viviendo de la diáspora cubana. “A la dictadura le conviene la separación y el sufrimiento. Eso les genera ganancias”, escribió alguien. Y tiene razón: entre las remesas, la renta de médicos y las ayudas internacionales, la separación familiar no es más que una jugada económica para ellos.
Otro usuario lo dijo clarito: “Llorando por dólares, como siempre”. Porque en el fondo, el llanto oficialista por los migrantes no es humanismo, es oportunismo. Los verdaderos anticubanos —como muchos señalaron— no están en Washington, sino en La Habana, sentados en sus poltronas mientras el país se desangra.
Al final, lo que quedó claro fue que la estrategia de victimismo del canciller Rodríguez fracasó. Internet no olvida, y los cubanos tienen memoria. El dolor de estar lejos de los tuyos tiene nombre y apellido, y no está en las oficinas de ICE… está en el sistema que desde hace más de 60 años, le ha robado a millones el derecho a vivir juntos, a soñar en familia y a construir un futuro en libertad.