En Cuba, la ironía no descansa. Mientras el país entero lidia con apagones diarios y un sistema eléctrico que se desmorona, la prensa oficial anunció con bombos y platillos la llegada de 35 flamantes ecotaxis eléctricos a la provincia de Granma. Según el reporte, 20 rodarán por Bayamo y 15 por Manzanillo, todo como parte de un plan estatal para impulsar la “movilidad sostenible”.
La propuesta suena bonita en papel: un transporte económico (10 pesos por pasajero), de bajo costo operativo, cero emisiones y que, según el periódico Granma, ayudaría a “aliviar el panorama del transporte público”. Pero hay un pequeño detalle… o mejor dicho, un apagón gigante: ¿de dónde sacarán la electricidad para cargarlos si medio país vive a oscuras?
Porque justo en el mismo día del anuncio, el país recibió otra “buena noticia”: Cuba se quedó con solo una patana turca operativa, después de que la central flotante Suheyla Sultan, la más potente que teníamos, fuera desconectada definitivamente. El déficit eléctrico supera los 2.000 megavatios diarios, lo que se traduce en apagones masivos que paralizan ciudades enteras.
En este contexto, hablar de triciclos eléctricos que necesitan cuatro horas de carga nocturna es como invitar a una fiesta sin comida ni bebida: pura foto y propaganda. El propio director de la Agencia Taxi en Granma, José Rafael Maceo Rivero, admitió que el servicio sufre retrasos porque… sorpresa… no siempre hay electricidad para cargar los vehículos.
Según datos oficiales, más de 3.500 pasajeros se mueven a diario en estos ecotaxis. En Bayamo, las rutas conectan la piquera del ferrocarril con el cementerio, el Hospital Pediátrico y el Aeropuerto Viejo. En Manzanillo, cubren la fábrica de calzado, Nuevo Manzanillo y la Terminal de Ómnibus, con recorridos de hasta 5 kilómetros.
Claro, la narrativa oficial es que esto forma parte de una estrategia para convertir a Cuba en un ejemplo de “movilidad verde”. Pero mientras tanto, millones de cubanos pasan horas sin luz, sin ventilador, sin nevera y, por supuesto, sin transporte público eficiente.
Así que ahí está la gran paradoja: el gobierno presume 35 triciclos eléctricos como si fueran la panacea, mientras el resto del país sigue atrapado en la oscuridad… y no precisamente por falta de sol.