En el sur de México, donde muchos migrantes suelen quedarse atascados durante meses, un nuevo movimiento masivo acaba de arrancar. Cientos de personas, entre ellas un buen número de cubanos, decidieron dejar atrás la incertidumbre y salir en caravana desde Tapachula, Chiapas, rumbo al norte del país. Pero esta vez, el objetivo no es llegar a la frontera con Estados Unidos, sino buscar otras oportunidades en países como Canadá, Alemania, Australia o Suiza.
Según reportes de CNN, el grupo reúne a unas 300 personas de al menos 12 nacionalidades: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Honduras… todos con la misma meta: encontrar una vía legal para trabajar y rehacer su vida. Muchos llevan meses varados en la frontera sur mexicana, luchando sin éxito por regularizar su estatus migratorio.
El panorama político en Norteamérica también ha movido las fichas. Con Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca y endureciendo las políticas migratorias de Estados Unidos, varios migrantes han decidido replantearse el camino. Ahora, ciudades como Monterrey o Ciudad de México se han convertido en los nuevos puntos de esperanza, ya que ahí se encuentran las embajadas de los países que están ofreciendo visas laborales.
Mayda Bárbara Jordan Contreras, una cubana que forma parte de la caravana, lo dejó claro: “No tenemos destino Estados Unidos… vamos a Monterrey porque la mayoría tenemos destino para Canadá, Alemania, Australia y Suiza”. Otra compatriota, Maydali Barajo, viaja con su nieto y asegura que busca una visa para trabajar y “poblar las ciudades” de esos países que ahora abren sus puertas.
El viaje, sin embargo, no es sencillo. En algunos tramos han contado con escolta del Instituto Nacional de Migración, pero también han ignorado advertencias oficiales sobre los peligros del trayecto. Protección Civil y autoridades estatales vigilan algunas carreteras, pero los riesgos siguen siendo altos.
A esto se suman los problemas burocráticos. Muchos migrantes se quejan de las demoras y trabas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). “Hace cuatro meses fui y no me ha llegado nada… todo es con abogado y hay que pagarlo”, confesó un migrante a CNN. Y aun pagando, no hay garantía de éxito. “Nos han negado todo, absolutamente todo. Es triste porque uno sale de su tierra para buscar otros sueños”, lamenta la cubana Jordan.
Esta caravana es la segunda que sale de Tapachula en lo que va de año. Incluso estuvo a punto de cancelarse por el arresto del activista Luis García Villagrán, acusado de tráfico de personas. Pese a ello, el grupo decidió seguir adelante.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, insiste en que su política migratoria es “humanista”, aunque reconoce que el sistema de asilo está saturado. Y mientras las autoridades hablan de récords de “bajos cruces ilegales” en la frontera sur de Estados Unidos, estas caravanas demuestran que la migración no se detiene… solo cambia de rumbo.
