Lo que parecía ser una noticia académica terminó convirtiéndose en una tormenta digital. La Embajada de Estados Unidos en La Habana publicó en sus redes sociales la convocatoria para el Programa de Becas Hubert H. Humphrey 2025–2026, y en cuestión de horas, los comentarios pasaron de la emoción a la indignación.
El anuncio, pensado para invitar a profesionales cubanos con experiencia y vocación de servicio a estudiar un año en universidades estadounidenses, fue recibido con sentimientos encontrados. Sí, hubo quien mostró interés, pero también muchos que lo interpretaron como una provocación en medio del actual clima migratorio.
El post de la embajada decía: “¿Eres profesional con experiencia, vocación de servicio y deseos de generar un cambio positivo en tu comunidad? ¡Entonces esta oportunidad es para ti!”. Una beca que cubre estudios en EE.UU., con fecha límite para aplicar el 31 de agosto de 2025, y que promete fortalecer el liderazgo de los participantes en colaboración con profesionales de todo el mundo.
En otro momento, este tipo de convocatoria habría generado entusiasmo. Pero en la Cuba actual, marcada por la frustración de miles de familias separadas y procesos migratorios congelados, el anuncio cayó como sal en una herida abierta.
El dolor de la reunificación pendiente
Entre los cientos de comentarios, se repitió un reclamo: la falta de avances en la reunificación familiar. Muchos criticaron que se promuevan becas mientras el llamado Travel Ban sigue impidiendo que cubanos con procesos aprobados viajen a EE.UU.
“Nos están haciendo mucho daño con esa prohibición de viaje”, escribió una internauta con las etiquetas #noaltravelban y #reunificacionfamiliar. Otros contaron historias aún más duras: “Nueve años esperando a nuestros hijos. Haciendo todo legal. Y porque sean mayores, siguen siendo nuestros hijos. Vidas puestas en pausa”.
“Castigados por ser legales”
La frase se volvió tendencia en los comentarios. Personas con entrevistas pasadas, trámites completos y todo en regla aseguran sentirse castigadas por haber seguido las vías legales. “No más Travel Ban. Después de la entrevista, seguimos esperando”, reclamó Ivonne Zapico.
Otros fueron más directos, acusando a la embajada y a figuras políticas estadounidenses de “apostar por la separación de familias” y de negar visas incluso a ganadores de la lotería.
Un debate que se calentó en redes
La publicación también encendió el debate ideológico. Hubo quienes se burlaron, quienes acusaron de “subversión” y hasta quienes confesaron abiertamente que no les interesa estudiar, sino emigrar de inmediato.
Lo que realmente ofrece la beca Humphrey
Más allá de la polémica, el programa sigue en pie y es prestigioso: título universitario, mínimo cinco años de experiencia, inglés fluido, liderazgo demostrado y poco o ningún tiempo previo en EE.UU. Son requisitos exigentes que apuntan a formar líderes en áreas como economía, administración pública, educación, medio ambiente y tecnología.
Una oportunidad que expuso una herida
El problema es que, para muchos cubanos, esta beca no compensa la frustración de procesos migratorios estancados. Como resumió una usuaria: “Nunca quise que mis hijos vinieran por frontera, pero no pienso que ahora nos hagan esto”.
La oportunidad académica está ahí, pero la reacción dejó claro que, en Cuba, hablar de visas sin hablar de reunificación es encender una mecha emocional que no tarda en estallar.