El presentador y activista cubano Alexander Otaola volvió a cargar fuerte contra el régimen de La Habana, esta vez con un llamado claro y sin medias tintas: un “parón total” que corte de raíz el flujo de dinero, viajes y ayuda desde el exterior. Según Otaola, si la diáspora cubana se une y cierra el grifo por completo, la dictadura no aguantaría ni tres meses.
En su programa Hola! Ota-Ola del 1º de agosto de 2025, el influencer pidió a la comunidad en el exilio saturar de llamadas y correos electrónicos las oficinas de congresistas y senadores estadounidenses, exigiendo el cierre de todo canal económico hacia Cuba. “Parar los viajes, parar la ayuda, parar los vuelos, parar las recargas, parar todo… La dictadura no puede sostenerlo tres meses con todo cerrado”, recalcó.
Otaola también planteó que el Partido Comunista de Cuba sea declarado organización terrorista y que el propio gobierno de la isla sea catalogado como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Sostiene que, con las elecciones legislativas intermedias en puerta, es el momento perfecto para presionar a figuras como María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Marco Rubio. “Es simple: la mayoría manda, y los políticos escuchan a la mayoría”, insistió.
El presentador no es ajeno a este tipo de campañas. En 2020 impulsó el llamado “Parón de Enero”, con el que buscaba frenar remesas, recargas y viajes. Aunque el régimen y las empresas que viven de este negocio celebraron que las cifras se mantuvieron o incluso crecieron, Otaola sostiene que el contexto actual es radicalmente diferente.
Hoy, la crisis en Cuba es más profunda que nunca, con una economía destrozada, inflación descontrolada y un pueblo sumido en la miseria más absoluta. A esto se suma que el propio Departamento de Estado de EE.UU. ha señalado al régimen como el principal responsable de la debacle. La respuesta del canciller Bruno Rodríguez no tardó: entre insultos y excusas, acusó a los sectores anticubanos de estar “huérfanos de apoyo” y culpó a políticos de origen cubano de fomentar la separación familiar.
Pero la realidad es otra. Cada dólar, cada recarga y cada pasaje comprado es oxígeno puro para un sistema que sobrevive exprimiendo a su pueblo y viviendo de la emigración. Por eso, Otaola apuesta a que la diáspora corte el suministro y deje al castrismo sin su salvavidas económico.
El éxito de este nuevo “parón total” dependerá de cuántos cubanos en el exilio estén dispuestos a dar ese paso, sacrificando momentáneamente la ayuda a sus familiares para golpear directamente a un régimen que, por más de seis décadas, ha convertido la dependencia en su mejor negocio. Porque, como bien dijo Otaola, “si el pueblo afuera se une, la dictadura se cae”.