La periodista Cristina Escobar, conocida por su historial dentro del aparato mediático oficialista, dejó a más de uno con la boca abierta tras lanzar un comentario sorprendentemente crítico contra la prensa estatal cubana. En redes sociales, Escobar cuestionó de frente la incapacidad de esos medios para cumplir con su supuesto “rol social” y reflejar la realidad del país con honestidad y profundidad.
Su reflexión apareció en Facebook, como respuesta a un post del periodista y vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Francisco Rodríguez Cruz, justo en medio de la polémica que armó el músico Israel Rojas —líder de Buena Fe— en una entrevista con el canal de YouTube La Joven Cuba (LJC).
“Todo el mundo preocupao por LJC y ni miran el estado de nuestros medios”, soltó Escobar, subrayando que la prensa oficial ha abandonado el espacio del debate público, dejando que plataformas independientes como LJC llenen el vacío de análisis y opinión. Para ella, esos medios alternativos han logrado convertirse en “una voz entre millones” porque el periodismo estatal renunció a la crítica real.
La periodista no se quedó en la queja: denunció que el sistema de medios del régimen ha tirado por la borda su compromiso de dar información “veraz, precisa, intencionada y crítica”. Además, llamó a revisar cómo se gastan los recursos, cómo se diseña la programación y cómo se construye el discurso oficial, que hoy, según sus palabras, parece tener “el catalejo al revés, de nuevo”.
Escobar fue durante años el rostro joven y “renovado” del oficialismo en el Noticiero Nacional de Televisión. Formada en la Universidad de La Habana y con estudios de posgrado en la University of Westminster, el ICRT la proyectó como una periodista cercana al poder, disfrutando de privilegios reservados a los más fieles del régimen.
Pero su trayectoria ha sido una montaña rusa. En 2017, cayó en desgracia luego de sus ataques verbales contra el expresidente Barack Obama y el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Aquello le costó la salida del Noticiero Estelar, un descenso que muchos vieron como una “degradación simbólica” dentro del sistema.
En los últimos años, Escobar ha sorprendido con posturas más incómodas para el poder. Ya en 2021, frente al propio Miguel Díaz-Canel, reconoció que la prensa oficial “no cubrió lo que sucedió en la calle” durante las protestas del 11 de julio, admitiendo que la narrativa de esos días quedó en manos de ciudadanos y medios extranjeros. “Nuestras cámaras no salieron y el cuento lo hacen ellos”, dijo entonces, evidenciando que, incluso desde adentro, hay quienes saben que el aparato mediático del régimen vive desconectado de la realidad del pueblo.
En un país donde el periodismo estatal funciona más como un altavoz de propaganda que como una herramienta de información, las palabras de Escobar caen como un baldazo de agua fría… aunque muchos se pregunten si este despertar es genuino o simplemente otra jugada dentro del tablero del poder.