En Santiago de Cuba, un hospital se convirtió por unas horas en un salón de fiestas. Entre batas blancas, globos y sonrisas, la joven Lilianne celebró sus 15 años… en medio de su batalla contra el cáncer. Una historia que demuestra que, incluso en los momentos más duros, la vida siempre encuentra un motivo para festejar.
El lugar de esta emotiva celebración fue el Hospital Infantil Sur Clínico Quirúrgico Dr. Antonio María Béguez César. Allí, rodeada por su familia y el personal médico que la ha acompañado durante casi dos meses de ingreso, Lilianne sopló las velas y pidió un deseo: “Mucha salud para mí y toda mi familia”. Palabras simples, pero cargadas de una fuerza enorme.
Lilianne enfrenta un cáncer en el mediastino, una zona ubicada en el centro del pecho, entre los pulmones. Su tratamiento es intenso y sus días están marcados por terapias, medicamentos y revisiones. Pero, ese día, el hospital dejó de ser un lugar de dolor para transformarse en un rincón lleno de música, abrazos y esperanza.
La adolescente, visiblemente emocionada, agradeció la sorpresa y el cariño recibido: “Hoy me he sentido muy bien con todas las personas que han venido a verme”, dijo entre lágrimas. En su mirada se notaba que este momento quedará grabado para siempre.
Su mamá, con la voz entrecortada, contó que han sido meses muy duros: “Pasamos días intensos aquí, muchos en terapia y con complicaciones… pero hoy puedo decir que llegó a sus 15 feliz”. Para una familia que vive al día la lucha contra el cáncer, ver a su hija sonreír después de tanto sufrimiento es un regalo incalculable.
El personal médico, que conoce de cerca sus altibajos de salud, recalcó que la felicidad también es medicina: “Hacerla reír, verla feliz… eso vale tanto como cualquier tratamiento”, expresó una de las doctoras.
La realidad es que miles de pacientes con cáncer en Cuba atraviesan enormes dificultades para recibir tratamiento. La falta de medicamentos esenciales y equipos especializados complica el acceso a quimioterapia y cirugías a tiempo. Muchas familias, como la de Lilianne, dependen del ingenio, la solidaridad y, a veces, de buscar ayuda fuera del país.
Aunque el gobierno responsabiliza al embargo estadounidense de gran parte de la crisis sanitaria, los afectados denuncian problemas internos como la mala gestión y la corrupción, que dejan a los enfermos sin opciones inmediatas.
Pero este 15 de años de Lilianne nos recuerda algo esencial: no todo se trata de cifras y estadísticas. A veces, un poco de amor, empatía y apoyo puede devolverle la fuerza a alguien que está luchando por su vida.