En pleno corazón de Centro Habana, las cámaras de seguridad de una mipyme dejaron al descubierto una escena digna de telenovela… pero versión real y nada graciosa. Dos mujeres fueron grabadas en el preciso instante en que se llevaban dos tremendos bloques de queso, como si nada, en pleno mediodía y con una calma pasmosa.
En el video se ve clarito: ambas se ubican al fondo de la tienda, junto a una nevera. Una de ellas, sin un ápice de vergüenza, esconde el queso entre los muslos, mientras la otra lo guarda bajo el busto, aprovechando su figura para burlar la vista de cualquiera. Ni en las películas se ven jugadas así.
El internauta Rey Semino fue quien soltó la bomba en Facebook, acompañado de una clara advertencia: “Tengan cuidado con estas mujeres, trabajan en bandas y no se confíen por su edad… son delincuentes de alto calibre”. Según él, no solo serán denunciadas, sino que además pide que la gente memorice sus rostros porque son “ladronas especializadas”.
Semino fue tajante: “Mucho cuidado y compartan para que les caiga todo el peso de la ley”. Algo que, en la Cuba de hoy, suena bonito, pero todos sabemos que la justicia suele ser selectiva y complaciente con quienes tienen padrinos dentro del sistema.
El periodista independiente Alberto Arego precisó que el robo ocurrió el viernes al mediodía, en un negocio situado en la intersección de Zapata e Infanta, una zona siempre bulliciosa y transitada. Sin embargo, ni eso frenó la audacia de las sospechosas.
Para colmo, en redes también circula otro testimonio donde se asegura que las dos mujeres son reincidentes, y que existe otro video donde aparecen robando botellas de ron. Al parecer, su rutina delictiva incluye moverse en un Lada rojo que estacionan cerca de donde planean el golpe.
Más allá del chisme callejero, este tipo de hechos refleja el desespero y el deterioro social que vive Cuba bajo el régimen. Con la economía en ruinas, la inseguridad en aumento y un Estado más pendiente de vigilar lo que la gente dice que de proteger a los ciudadanos, robos como este se vuelven el pan nuestro de cada día.