En el Hospital Vladimir Ilich Lenin de Holguín estalló un escándalo que retrata, sin maquillaje, el estado calamitoso del sistema de salud en Cuba. Una mujer fue arrestada tras haciéndose pasar por enfermera para estafar a pacientes y familiares dentro del propio centro hospitalario.
Según la versión oficial publicada en Facebook por la institución, la acusada no era parte del personal médico ni tenía vínculo alguno con el Ministerio de Salud. Supuestamente, estaba acompañando a un familiar en la sala de atención al grave cuando decidió lanzarse a “negocios” con quienes esperaban en el área de información.
El hospital aseguró que gracias a la “rápida actuación” de trabajadores, familiares y la policía, la mujer fue detenida y permanece bajo investigación. Claro, lo que no aclararon es en qué consistía la estafa… algo que, por lo visto, preferían dejar en el aire.
Pero el silencio no duró mucho. El perfil oficialista Cazador Cazado soltó la bomba: la mujer, identificada como Belkis Bauzá, supuestamente cobraba dinero por alquilar camas de parto. Sí, leyó bien: camas de parto, como si fueran habitaciones de hotel.
La revelación encendió las redes. Decenas de usuarios cuestionaron cómo una persona externa podía montar semejante negocio dentro de un hospital sin la ayuda de empleados internos. “No es posible que lo hiciera sola”, comentó un internauta. Otro fue más directo: “Que revisen bien y van a encontrar más cucarachas metidas en el ajo”.
Este episodio deja en evidencia la descomposición moral y el descontrol absoluto que reinan en un sistema que el régimen vendió durante décadas como “potencia médica mundial”. Hoy, esa etiqueta suena a chiste cruel. Como bien resumió un comentarista indignado: “Aquí ya no hay salud pública gratuita, lo que hay es negocio y corrupción”.
La historia no es solo la de una falsa enfermera, sino la de un país donde la crisis y la corrupción han convertido hasta la atención médica en un mercado negro. Y lo peor es que, mientras el régimen calla o maquilla la verdad, la confianza en las instituciones sigue cayendo en picada.