En el poblado de Puerta de Golpe, en Consolación del Sur, Pinar del Río, la violencia volvió a mostrar el rostro más cruel del régimen cubano. El pasado 4 de agosto, Mailenis Blanco Amor, una mujer de 47 años, fue asesinada en su propia casa durante lo que las autoridades describen como un “asalto”. Pero más allá del crimen en sí, este caso destapa nuevamente las grietas de un sistema que no protege a sus ciudadanos y donde el uniforme policial, lejos de ser símbolo de seguridad, puede convertirse en la herramienta perfecta para engañar y matar.
Según la página de Facebook Reporte Cuba Ya, uno de los atacantes llegó disfrazado con un uniforme de la Policía Nacional Revolucionaria, usando esa falsa autoridad para ganarse la confianza de la víctima. Una vez dentro, la asfixiaron y se llevaron pertenencias, dejando tras de sí una escena marcada por el horror.
Fuentes cercanas señalan que uno de los arrestados es Reinier Raúl Pelegrín Izaguirre, de 34 años, un hombre con un largo historial delictivo que incluye robo con fuerza, corrupción de menores y violación de domicilio. El segundo detenido, Ernesto José —conocido como “El Maja”—, habría sido quien utilizó el uniforme policial, robado previamente a su propio hermano. Ambos ya están bajo custodia, aunque un tercer implicado, Miguel Ángel Reve Tamayo, sigue prófugo.
Otra versión compartida en redes como Díaz Canel Sin Gao detalla que, al entrar a la vivienda, los agresores inmovilizaron al esposo de Mailenis y atacaron a la mujer para evitar que pidiera ayuda, provocándole la muerte por asfixia. Después huyeron con lo robado, confiados en que la impunidad les cubriría las espaldas.
Uno de los sospechosos fue capturado en Pinar del Río y el otro en Santiago de Cuba, según páginas asociadas al propio Ministerio del Interior. Sin embargo, entre vecinos crece la desconfianza: muchos temen que alguno de los implicados reciba “protección” desde arriba, como tantas veces ha pasado en este país donde la justicia es selectiva y complaciente con sus allegados.
La prima de la víctima, Ariaxna Rodríguez, describió el dolor que vive la familia: “Le quitaron la vida a una mujer buena. A una madre, a una hija, a una amiga noble y dulce, que nunca le hizo daño a nadie. Tres monstruos sin alma le arrebataron todo”.
Hoy, Puerta de Golpe sigue conmocionada. En las redes, abundan los mensajes de rabia y dolor, junto con exigencias de que este crimen no se pierda en el silencio cómplice del régimen. Porque en una Cuba donde la inseguridad crece y las instituciones se derrumban, la gente sabe que si no alza la voz, la justicia jamás llegará.