El reguetonero cubano El Micha armó tremenda fiesta en La Piragua, justo en pleno Malecón habanero, el pasado 9 de agosto. Ni la lluvia pudo frenar a los cientos de personas que se dieron cita para cantar y bailar sus temas, en una noche que, para muchos, fue una bocanada de alegría en medio del gris panorama que impone la crisis del país.
Con su estilo característico, el artista dejó claro en redes sociales que la confianza no le falta. “Yo no soy el mejor, yo soy uno de los mejores desde el siglo pasado, la historia soy yo”, escribió en Instagram junto a fotos y videos del concierto, donde se ve la multitud disfrutando sin importarle el mal tiempo.
El show marcó el regreso del Micha a los escenarios cubanos después de varios años de ausencia. El anuncio previo en sus redes encendió las expectativas, logrando que la capital se movilizara para recibirlo, algo que, en el contexto actual, no pasa todos los días.
Su llegada a La Habana no pasó desapercibida. Antes del concierto, ya andaba por las calles saludando a sus seguidores y tomándose fotos con quienes lo reconocían, generando una ola de comentarios y videos que se regaron por todo el país.
En medio de un escenario donde la cultura suele estar secuestrada por el aparato estatal y sus filtros ideológicos, presentaciones así demuestran que la música urbana, aunque intenten controlarla, sigue conectando con la gente de a pie. Y aunque el régimen intente vender estas actividades como un síntoma de normalidad, lo cierto es que para los cubanos fue más bien una noche de escape, lejos de la propaganda y cerca de la música que sí los representa.