En Güira de Melena, provincia de Artemisa, el lunes se vivió un episodio de esos que ponen los pelos de punta. Un incendio, desatado frente al hogar materno del municipio, obligó a evacuar de urgencia a las embarazadas y al personal médico, mientras el humo y las llamas se extendían peligrosamente.
Las imágenes, compartidas en redes por la activista Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia, muestran un carro de bomberos en plena faena y a los vecinos aglomerados mirando con angustia. El viento no ayudaba; al contrario, avivaba las llamas y aumentaba el miedo entre la gente.
Laly Curbelo, residente de la zona, contó que el susto fue grande, pero que, por suerte, el fuego se concentró en el fondo de la vivienda afectada y no hubo heridos. Sin embargo, su testimonio deja en evidencia la chapucería del sistema: el camión de bomberos llegó sin una gota de agua. Y para colmo, la comunidad llevaba más de 12 horas sin servicio de agua ni electricidad, un combo perfecto para que la respuesta ante la emergencia fuera un desastre.
Este incendio no es un hecho aislado. Hace apenas días, en San Luis, Santiago de Cuba, un fuego en una vivienda dejó a un vecino con quemaduras de tercer grado y a un bombero herido, luego de que la mezcla de gasolina y un anafre encendido provocara una explosión. Y en Sancti Spíritus, la histórica Parroquia Mayor casi sufre una tragedia cuando unas baterías de litio explotaron, causando pánico entre los presentes.
La repetición de estos incidentes y la deficiente capacidad de respuesta dejan claro que el régimen sigue sin garantizar lo más básico para la seguridad ciudadana. Sin agua, sin recursos y con un cuerpo de bomberos atado de manos por la miseria estructural, cada incendio en Cuba se convierte en una lotería mortal.
En Güira de Melena, el recuerdo de las sirenas, la humareda y las embarazadas evacuadas quedará grabado como otro capítulo de esa lucha diaria de los cubanos por sobrevivir en un país donde hasta un simple fuego puede volverse una tragedia por culpa de un Estado que prefiere sostener su propaganda antes que invertir en lo que realmente importa.