En Cuba, donde la creatividad muchas veces es la única herramienta para sobrevivir, una joven madre ha conquistado TikTok con una idea sencilla pero llena de ingenio: reutilizar la ropa de su bebé para adaptarla al crecimiento de la niña y ahorrar en medio de la crisis económica.
El video, publicado por la usuaria @anaisy_d, comienza con un pequeño mono blanco con manchas. Ella explica con franqueza: “Soy mamá, viviendo en Cuba, y te voy a mostrar lo que hago con algunas de las ropitas de mi bebé”. Esa prenda, dice, era de cuando la niña tenía apenas tres meses, y aunque todavía le quedaba de ancho, ya era muy corta. Como estaba manchada, no la regalaría ni vendería, pero sí le daría un nuevo uso.
Sin dudarlo, tijera en mano, decidió transformarla en una blusita. “Aquí hay que reciclar las cosas… todo lo que pueda ser reciclado, será reciclado”, comenta entre risas, invitando a otras mamás cubanas a contar si alguna vez han hecho lo mismo.
El clip no tardó en explotar en la plataforma: más de 151.000 visualizaciones y un mar de reacciones de todo tipo. Algunos comentarios reflejaban pura empatía: “Es cierto lo que ella dice”, “Me identifico mucho contigo como madre cubana”, “Dios te bendiga”. Otros sumaban testimonios desde fuera: en Costa Rica, México, Venezuela, República Dominicana e incluso Estados Unidos, madres confesaban que también reciclan la ropa de sus hijos.
No faltaron los consejos prácticos: desde pintar la tela para tapar manchas hasta usar jabón de lavar platos con alcohol para devolverle vida a la prenda. Y, como buen toque cubano, también hubo humor: “No voy a comprarle ropa para que esté jugando en la sala” o “Las cubanas reciclamos en el mundo entero”.
La historia de @anaisy_d no es única. En mayo, otro video de @nayelisbouzariver mostraba pañales desechables lavados y telas reutilizadas como sustitutos, bajo la frase: “No es por elección, es por necesidad”. En julio, @gelylaflaki relataba la odisea de vivir entre apagones y cortes de agua: “Tienes corriente y no tienes agua… se va la corriente y viene el agua”.
Todas estas publicaciones, aunque distintas, comparten algo: retratan a un pueblo que convierte la escasez en creatividad. Madres que, entre tijeras, paciencia y mucho amor, reinventan la vida diaria para que sus hijos no lo sientan tanto. En Cuba, la crisis puede apretar, pero las ganas de buscar soluciones siempre están al pie del cañón.
