En Cuba, cuando la música es el tema, las pasiones se encienden rápido. Y esta vez, el protagonista del debate es nada más y nada menos que Cándido Fabré, quien ha dejado claro que respeta el éxito de El Bebeshito… pero que hay límites que no se deben cruzar.
Todo comenzó cuando el productor Roberto Ferrante, en una de sus declaraciones recientes, aseguró que El Bebeshito es un “gran artista cubano”. La frase sonó fuerte y, como era de esperar, provocó que en redes sociales aparecieran comparaciones con leyendas de la música popular. Fue ahí donde Fabré entró al ruedo, y sin rodeos.
En un post de Facebook, el veterano músico soltó: “Acabo de leer en las redes la falta de respeto más repudiable en mi vida”. Aclaró que no tiene nada en contra del intérprete urbano, que incluso celebró su éxito, pero advirtió que ponerlo al nivel —o por encima— de gigantes como Benny Moré, Celia Cruz o Ismael Rivera es, para él, una exageración imperdonable.
Fabré recordó que cuando muchos pensaban que El Bebeshito no lograría llenar el estadio de Miami, él fue de los que apostó por el joven artista. Incluso le compuso un tema titulado El Bebeshito la pega toa, y la realidad le dio la razón: el reguetonero llenó, rompió y sigue sonando.
Pero una cosa es reconocer talento y otra, según Fabré, es borrar de un plumazo la historia musical: “No para compararlo y menos ponerlo por encima de Benny Moré, Celia Cruz, Ismael Rivera… son imborrables, trascienden fronteras, culturas, lenguajes”.
Aun así, el improvisador cubano le deseó lo mejor a la nueva estrella urbana: “Ojalá nuestro BB se consagre y la historia le regale un renglón en el libro de los inmortales”. Sin embargo, insistió en que la grandeza eterna no se mide por modas ni por likes: “Exijo respeto para los grandes del mundo. No son de modas, son eternos, como los Beatles”.
El comentario de Ferrante ha desatado un mar de opiniones divididas: por un lado, quienes creen que El Bebeshito representa la nueva cara de la música cubana; por otro, los que defienden que las leyendas son intocables y no deben medirse con la vara de la industria actual.
Con más de 40 años de carrera, y un lugar ganado como uno de los improvisadores más prolíficos de Cuba, Fabré sabe que la historia se escribe con obras que marcan generaciones. Y, al menos para él, eso es algo que no se logra en una temporada de hits… sino con toda una vida de música que se convierte en legado.