La tranquilidad de la comunidad rural de Quintoque, en el municipio Songo La Maya, Santiago de Cuba, se vio sacudida por un crimen que ha dejado a todos indignados. Cuatro personas fueron arrestadas por su presunta implicación en el asesinato de un vecino durante un intento de robo de animales domésticos, un hecho que retrata de manera brutal la creciente inseguridad que vive el país bajo la crisis impuesta por el régimen.
Según información publicada por un perfil oficialista cercano a la Policía Héroes del Moncada, los sospechosos entraron en la propiedad con la intención de llevarse los animales que el hombre tenía en su corral. Al ser sorprendidos por el dueño, la situación escaló a una violencia desmedida: lo amordazaron, lo inmovilizaron y lo asfixiaron hasta causarle la muerte.
El suceso ha generado conmoción no solo por su brutalidad, sino porque en zonas rurales como esta, la cría de animales es uno de los pocos medios de sustento que les queda a muchas familias, ya que la economía del país está en ruinas y el régimen no ofrece alternativas reales. Vecinos y autoridades locales se reunieron para recibir detalles sobre el caso, en medio de un ambiente de dolor e indignación.
Las autoridades aseguraron que la captura de los implicados fue posible gracias a las investigaciones y a la colaboración de la población, que aportó datos clave para identificarlos. Aunque no revelaron sus identidades, adelantaron que serán procesados por los tribunales y que, de probarse su culpabilidad, recibirán sanciones “firmes y severas”. Palabras que, en un sistema judicial controlado por el Partido Comunista, suenan más a retórica que a verdadera garantía de justicia.
Este asesinato no es un hecho aislado. En los últimos años, el robo de ganado, aves de corral y otros animales se ha disparado en toda Cuba. La escasez de alimentos, los precios por las nubes y la desesperación han convertido estos bienes en un blanco cada vez más atractivo para delincuentes, mientras el régimen sigue negando la magnitud de la crisis.