En la tarde de este jueves, el corazón de Centro Habana volvió a estremecerse, pero no por fiestas ni música, sino por un nuevo derrumbe que dejó un saldo trágico y, según vecinos, varias personas atrapadas bajo los escombros.
El desplome ocurrió justo a la entrada del bulevar de San Rafael, en el edificio que hace esquina con Galeano, un punto por donde cada día transitan cientos de habaneros y turistas. La noticia comenzó a circular en redes sociales, donde el usuario Punisherl Libre fue uno de los primeros en alertar sobre lo ocurrido.
De acuerdo con la información compartida, ya se confirmó la muerte de al menos una persona, aunque testigos sospechan que hay más víctimas sin rescatar.
Quienes estaban cerca denuncian que, aunque llegaron bomberos, rescatistas, policías y ambulancias, la respuesta fue lenta y torpe. “Pasó más de una hora en puro protocolo y llamadas, y no acababan de meterse en el rescate. Si había alguien vivo ahí abajo, seguro se asfixió por tanta demora”, relató una vecina indignada, subrayando la ironía de que mientras La Habana se desmorona a pedazos, las autoridades se alistan para celebrar carnavales en Galiano.
Otros residentes aseguran que la tragedia era cuestión de tiempo. “Eso ahí estaba en estado crítico. Solo hay que ver la esquina de Galiano y San Rafael: apuntalada, botando aguas albañales todo el tiempo, cayéndose el techo que es el piso del apartamento de arriba… Un desastre total y a nadie le importa. ¡Final!”, expresó otro testimonio.
Una vez más, la miseria estructural de la ciudad, el abandono y la desidia del régimen convierten a la capital en una trampa mortal para sus propios habitantes, mientras la maquinaria propagandística prefiere gastar energía en fiestas, fotos y discursos vacíos. Aquí, la vida de los cubanos se derrumba igual que sus edificios: sin mantenimiento, sin recursos y sin esperanza.