Pedro Betancourt, en Matanzas, vivió este mediodía otro episodio que deja claro que la inseguridad en Cuba está fuera de control. Un hombre, supuestamente de Jagüey Grande, asaltó a un vecino conocido como “Conrradito” a plena luz del día, sin importarle testigos ni consecuencias.
Según reportó la página en redes Nio Reportando un Crimen, el delincuente abordó a su víctima en plena calle y le arrebató sus pertenencias. Pero la jugada le salió mal: la propia gente del barrio lo agarró antes de que pudiera escapar.
Lo más insólito llegó cuando apareció la policía. Los agentes, sin esposas para inmovilizar al agresor, terminaron amarrándole las manos con una soga y montándolo en una moto para llevarlo detenido. Una escena que, más que a un operativo serio, parecía sacada de un capítulo del absurdo cubano, y que muestra la miseria de recursos en la que se mueven las fuerzas del orden del régimen.
Este hecho no es una excepción, sino parte de una tendencia alarmante. Las estadísticas hablan solas: en el segundo trimestre de 2024, la criminalidad en la Isla subió un 146% respecto al año anterior. Y solo en mayo de 2025, se registraron 103 hechos violentos, desde asesinatos hasta asaltos y golpizas.
Mientras la crisis económica aprieta y la impunidad se respira en el aire, los delincuentes actúan con más descaro que nunca, escogiendo víctimas vulnerables y atacando sin miedo, incluso sabiendo que la policía, muchas veces, ni medios ni protocolos tiene para actuar como debería.
Medios independientes han alertado una y otra vez sobre esta ola de violencia, llamando a la población a protegerse y denunciar. Pero la realidad es que en un país donde el Estado invierte más en vigilar ideas que en garantizar seguridad ciudadana, el cubano queda expuesto y desamparado.
La detención improvisada de este asaltante no solo deja en evidencia la precariedad policial, sino también la ausencia de un plan serio para frenar la delincuencia. La gente exige más que promesas vacías: quiere vivir sin miedo, y eso, en la Cuba de hoy, parece un lujo inalcanzable.