El huracán Erin ya se coló en los titulares como el primer huracán de la temporada ciclónica 2025 en el Atlántico. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) confirmó este viernes que el sistema alcanzó la categoría 1, y aunque por ahora Cuba no está en la ruta directa, la vigilancia en la región sigue activa.
Según el último parte emitido a las 11:00 a.m. (AST), Erin se localiza en la latitud 18.2°N y longitud 56.1°W, avanzando al oeste-noroeste a 28 km/h, con vientos sostenidos de 120 km/h y una presión central mínima de 996 mb. Los pronósticos apuntan a que seguirá ganando fuerza y podría alcanzar gran intensidad entre el sábado y el domingo, cuando pase cerca o al norte de las Islas de Sotavento.
Aunque el cono de trayectoria se inclina cada vez más hacia el norte, alejándolo de Cuba y de la Florida, todavía hay advertencias activas para varias zonas del Caribe. El NHC advierte que el sistema podría dejar lluvias torrenciales, inundaciones repentinas y hasta deslizamientos de tierra en el sur y este de Puerto Rico, así como en las Islas Vírgenes, tanto de EE.UU. como Británicas.
Las áreas más cercanas al centro de Erin podrían sentir condiciones de tormenta tropical, mientras que en Florida ya avisaron que, aunque las Bahamas harán de “escudo natural” contra el oleaje más fuerte, el riesgo de corrientes peligrosas en la costa noreste podría aumentar la próxima semana.
Erin nació el lunes pasado al oeste de Cabo Verde, dejando un saldo trágico en el archipiélago africano: al menos siete muertos, varios desaparecidos y daños materiales de consideración. Ahora, el NHC no descarta que, según cómo evolucione su trayectoria, pueda tener algún impacto en las Bahamas o Bermudas la próxima semana.
Este es ya el quinto sistema con nombre propio en lo que va de temporada, después de Andrea, Barry, Chantal y Dexter. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) advierte que este año será movidito en el Atlántico, con entre 13 y 18 tormentas tropicales y hasta cinco huracanes de gran intensidad previstos entre agosto y noviembre.
Y mientras afuera se afinan radares y sistemas de alerta, en Cuba seguimos a la buena de Dios, sin un plan real de protección civil que funcione para la gente. Porque, como siempre, el régimen invierte más en propaganda que en salvaguardar vidas. Si este huracán se desviara hacia la isla, el pueblo tendría que apañárselas solo… como siempre.