En Cuba, hasta conseguir una simple línea de ETECSA se ha vuelto un lujo de ricos. Una publicación en redes sociales anunciando la venta de una línea en 25 mil pesos desató un verdadero festival de comentarios cargados de indignación, humor y mucha ironía.
El anuncio apareció a inicios de agosto en el grupo de Facebook Revolico Bayamo, Granma, donde alguien ofrecía: “Vendo línea. 30 GB de datos… 25 mil”. Bastó esa frase para que la gente soltara la carcajada y también el malestar acumulado contra el monopolio de las telecomunicaciones en la isla.
La publicación superó las 6,400 reacciones y cerca de 1,500 comentarios, una prueba de lo mucho que molesta al cubano de a pie que un servicio tan básico como internet se haya convertido en mercancía de lujo.
En los comentarios no faltaron las bromas. “¿Con esa tarjeta se puede ir a las tiendas en dólares también? Jajaja”, soltó uno. Otro preguntó en tono burlón: “¿Esa línea viene con saldo eterno o se recarga sola?”. Y no faltó quien lo resumió sin pelos en la lengua: “Qué pinga es eso”.
Otros llevaron la comparación a otro nivel: “Te la cambio por un Mercedes que compré antier”, ironizó un usuario, mientras otro señaló que “irse a un hotel cinco estrellas en otro país sale más barato” que pagar por una línea en Cuba.
Pero más allá del relajo, el trasfondo es serio. La escasez de tarjetas SIM y los altos precios de los datos móviles son consecuencia directa de la política abusiva de ETECSA, que funciona como una JinETECSA, siempre exprimiendo el bolsillo del pueblo y dejando que florezca un mercado negro en el que los precios alcanzan cifras absurdas.
“Cada vez que el gobierno tira una medida nueva, estos son los resultados”, escribió un usuario, en clara alusión al tarifazo que la empresa estatal impuso hace unos meses. Otro fue más duro y disparó: “Asco de gentuza… JinETECSA siempre haciendo bisne por la izquierda”.
La indignación se disparó todavía más cuando la propia ETECSA anunció otra de sus “promociones mágicas”: una recarga internacional mínima de 600 CUP para poder acceder al paquete de 25 GB y algunos datos ilimitados de madrugada, válidos por apenas 35 días. O sea, un chiste malo para un país donde la mayoría apenas sobrevive entre apagones, hambre y salarios miserables.
El caso de la línea a 25 mil pesos es solo la punta del iceberg. La verdad es que el régimen cubano ha convertido el acceso a internet en un privilegio de élites, mientras el pueblo lucha con precios imposibles, restricciones absurdas y una empresa que, en lugar de servir al ciudadano, solo responde a la lógica de un gobierno más interesado en controlar la información que en conectarnos al mundo.
