La joven cubana conocida en TikTok como @soyalicia_03 compartió un video titulado “Primer día en España”, donde mostró sus primeras impresiones al llegar a Europa tras dejar atrás la miseria de la isla. En apenas un minuto, su publicación superó las 63 mil visualizaciones y generó un sinfín de reacciones tanto de cubanos como de españoles.
“Salí de Cuba y esto fue lo que hice el primer día en España”, escribió al inicio de su video. Su primera parada fue en un McDonald’s, un sitio que para cualquier joven del mundo es cosa común, pero que para quienes crecieron bajo el apagón eterno del castrismo resulta casi una experiencia de ciencia ficción. “Solo entrar por la puerta y no lo podía creer, es como en las películas”, confesó con emoción mientras mostraba su pedido: un menú McExtreme Barbecue con papas fritas y un McFlurry de KitKat. “Otro nivel”, resumió, dejando claro lo que significa para un cubano probar lo que en la isla solo se ve por televisión.
Después, visitó un supermercado “gigantesco” que la dejó con la boca abierta: “Yo quedé impactada al ver tantas cosas en una misma tienda: ropa, zapatos, skincare… de todo”, contó. La sorpresa continuó en una tienda de decoración, donde compró bombillos y un soporte para televisor, y luego en el famoso Mercadona, donde dijo maravillada: “Este sí se merece un video aparte, solo mira la cantidad de comida que hay”. Con una sonrisa cerró la jornada: “Hicimos una minicomprita y para casita, pero descuida que esto recién empieza”.
Los comentarios a su publicación reflejaron el choque cultural y político que siempre acompaña a los cubanos que escapan del desgobierno de la Habana. Muchos le dieron la bienvenida con mensajes como “Bienvenida a España” o “Espero que consigas un buen trabajo y vivas mejor que en tu país”. Otros, sin embargo, criticaron su entusiasmo: “Salir de Cuba para ir a lo primero a un McDonald’s…” o “Aquí entra todo el mundo”.
La discusión subió de tono con comentarios ideológicos. “Espero que cuando te toque votar no votes socialismo”, le advirtió un usuario. Otro replicó: “La derecha está en contra de los delincuentes, no de los inmigrantes”. Y alguien remató: “Es el mismo socialismo, no existe izquierda democrática”. Ante las críticas, la creadora soltó una frase que muchos aplaudieron y que resume el sentir de toda una generación: “Yo no voy a Cuba ni pa’ coger impulso”.
Unos días antes, la joven había mostrado su despedida de la isla. Nerviosa y emocionada, confesó: “En tan solo 15 horas mi vida cambiará para siempre”. Ese día lo dedicó a revivir recuerdos: desayunó en una heladería, comió una lasaña para evitar complicaciones y recibió la visita de su hermana antes de ir al aeropuerto. Sobre lo que más extrañaría, dejó claro: “Las personas, no el lugar”.
Historias como la suya se repiten a diario. Cubanos que llegan a España o a otros países se conmueven al ver supermercados llenos, cadenas de comida rápida accesibles y un nivel de consumo que en su tierra natal es un sueño prohibido por la dictadura. Desde abuelas que lloran frente a un pasillo de pizzas congeladas hasta jóvenes que llevan a sus padres a un centro comercial por primera vez, todas estas escenas muestran lo mismo: la diferencia brutal entre la Cuba hundida en el hambre y el mundo real, donde la abundancia es cotidiana.
