La relación entre Estados Unidos y la dictadura cubana volvió a caldearse después de que la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado llamara “títeres de la dictadura” a la diplomática Johana Tablada y al primer ministro Manuel Marrero Cruz.
En un mensaje publicado en la red social X, Washington no se anduvo con rodeos. “Los funcionarios del régimen cubano ahora admiten lo que siempre hemos dicho: no existe ningún bloqueo”, señaló el comunicado, desmontando una de las excusas favoritas del castrismo para justificar el desastre económico en la isla.
El pollo que destapó la olla
La declaración de la diplomática Tablada fue la chispa que encendió el debate. En una entrevista con el podcast oficialista Alma Plus, reconoció que “Cuba puede comprar todo el pollo que quiera de Estados Unidos”, dejando en evidencia que el embargo no es el gran muro que el régimen vende a la gente.
Para colmo, en el propio tuit de Washington se recalca que “un títere de la dictadura” hizo esa admisión y que otro funcionario –Marrero– se jactó de querer convertir a la isla en un centro logístico mundial, como si el país estuviera en condiciones de manejar semejante operación mientras la gente hace colas de horas para conseguir un paquete de salchichas.
El mensaje cerró con una sentencia lapidaria: “Es el régimen el que frena al país. Es hora de verdaderas libertades económicas para el pueblo cubano, no para las empresas controladas por los servicios de seguridad”.
Marrero y su sueño de centro logístico
El primer ministro Manuel Marrero también fue blanco del Departamento de Estado tras su intervención virtual en el Consejo Intergubernamental Económico Euroasiático. Allí insistió en que Cuba está decidida a convertirse en un nodo logístico de la Unión Económica Euroasiática (UEE), para distribuir mercancías hacia América Latina y el Caribe.
Según Marrero, los “estudios preliminares” muestran beneficios en costos y tiempos, y hasta habló de impulsar industrias para darle valor agregado a las materias primas. Además, anunció la creación de un comité bilateral de logística y la celebración en La Habana de la cuarta comisión conjunta con la UEE para aprobar un plan de cooperación entre 2025 y 2030.
Desde Washington, estas palabras suenan a pura propaganda: proyectos faraónicos mientras el pueblo vive entre apagones, inflación y falta de comida.
Los números que no mienten
La polémica se da justo cuando las exportaciones de alimentos de EE. UU. hacia la isla siguen creciendo. Según el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, en junio de 2025 las ventas alcanzaron 38,4 millones de dólares, un 10 % más que en el mismo mes del año anterior. El pollo congelado se lleva la mayor parte, con más de 21 millones de dólares en compras.
Esto demuestra que, mientras La Habana llora bloqueo, el verdadero obstáculo es un modelo económico obsoleto y controlado por militares, que exprime a la gente y les roba la oportunidad de prosperar.