En Cuba, salir en bicicleta por la noche se ha vuelto un deporte extremo. Un video que está dando la vuelta en redes sociales lo confirma: un ciclista terminó en el suelo tras caer en un bache en plena oscuridad, en una de esas carreteras donde no se sabe qué es peor, si los huecos del pavimento o la falta total de alumbrado.
El clip, publicado en Facebook por el usuario Saúl Manuel, no tardó en viralizarse y encender los ánimos. Miles de internautas reaccionaron con una mezcla de indignación, tristeza y resignación, porque lo que pasó con este ciclista lo han vivido (y sufrido) demasiados cubanos.
En el video se ve claramente al hombre pedaleando con dificultad por una vía que parece un campo minado. Sin luces, sin señales, sin nada. Apenas segundos después, la bicicleta se hunde en un hueco del asfalto y el ciclista sale disparado contra el pavimento. Todo esto mientras dos autos pasaban peligrosamente cerca. Un susto de película que, por suerte, no terminó en tragedia.
Las reacciones no se hicieron esperar. Algunos comentaron que la oscuridad y el mal estado de la carretera eran los culpables. Otros, en tono más amargo, dijeron que lo sorprendente no era el accidente, sino que el hombre saliera vivo. “Estamos peor que cuando llegó Colón”, soltó una usuaria. Otra fue más directa: “Dios mío, hasta cuándo será esto en Cuba”.
La historia del ciclista desató además una lluvia de anécdotas personales. Varios confesaron haber sufrido accidentes similares. Un joven contó que se fracturó la muñeca y la palma de la mano en un bache; otro dijo que aún carga las cicatrices de una caída en plena autopista.
Y claro, surgió el eterno debate: ¿de quién es la culpa? Muchos apuntaron a la responsabilidad del ciclista por andar de noche sin luces. Pero la mayoría coincidió en lo mismo: el verdadero peligro son las carreteras destruidas y el abandono total del alumbrado público. Como resumió un chofer indignado: “Pagamos impuestos, nos ponen multas, y aun así manejamos en vías que parecen zonas de guerra”.
Este no es un hecho aislado. De hecho, en las últimas semanas ha habido varios accidentes trágicos. El 7 de agosto en Matanzas, un ciclista murió tras ser atropellado en la Autopista Nacional. En Camagüey, el 17 de julio, un bicitaxista de casi 70 años perdió la vida en plena faena. Y apenas unos días antes, el 11 de julio en la carretera Moa-Baracoa, una guagua Diana chocó con una bicicleta eléctrica dejando siete heridos, uno en estado grave.
Todo esto pinta un panorama desolador: en un país donde el transporte público está en crisis, la bicicleta y el bicitaxi se han convertido en salvavidas… pero en condiciones tan precarias, esos mismos salvavidas terminan siendo una ruleta rusa.
Al final, las palabras más repetidas en los comentarios resumen el sentir colectivo: “pobrecito, qué lástima, me partió el alma”. Y es que, para muchos, transitar de noche en Cuba no es un simple viaje: es como rodar en una película de terror.