En Majibacoa, Las Tunas, un campesino le paró el carro a un dirigente del Partido Comunista (PCC) que pretendía “darle clases” de agricultura en pleno campo. El hecho ocurrió durante una visita oficial para “orientar” cómo aumentar la producción en áreas que, según la propia prensa estatal, no están dando los resultados esperados.
El burócrata en cuestión, Osbel Lorenzo Rodríguez, primer secretario del PCC en la provincia, intentó soltar su típico discurso sobre cómo sacar más provecho a la tierra sembrando boniato intercalado. Con tono de quien cree que lo sabe todo, soltó su receta:
“Hay que aprovechar el intercalamiento y así la tierra rinde doble. Si siembran el boniato ahora mismo, ya tienen la tierra lista. ¿Qué les falta para eso?”, dijo convencido de que traía la solución mágica.
Pero el campesino, con la naturalidad de quien lleva años metido en el surco, no se dejó impresionar y le respondió con respeto, pero firmeza: “Mire, eso está sembrado de burro, y ayer lo sembramos de frijoles intercalados adentro del burro… nosotros estamos metidos en el surco y sabemos igual que usted lo que tenemos que hacer.”
El intercambio quedó registrado en video y fue transmitido por el canal oficial Tunas Visión. En las imágenes se ve cómo el funcionario insiste en que hay que hacerlo “ya”, sin darse cuenta de que los sembrados ya estaban adelantados gracias al trabajo del productor. Una escena que evidencia el divorcio total entre la retórica de los cuadros políticos y la realidad del campo cubano.
Un sistema que no produce ni resultados ni respeto
El encuentro tuvo lugar en áreas de empresas agrícolas de Majibacoa, donde, según la propia prensa estatal, los resultados “no son satisfactorios”. Pero no es la primera vez que en Las Tunas se habla de incumplimientos y fracaso. En mayo del año pasado, el entonces secretario del PCC, Walter Simón Noris, reprendió públicamente a los directivos provinciales diciendo: “Las Tunas es una provincia agropecuaria, cañero-azucarera, y todo lo de la agricultura lo incumplimos.”
La escena de Majibacoa no es más que un reflejo de lo que se vive en todo el país: cuadros del régimen dando discursos vacíos mientras la gente de a pie es la que, con las uñas, sostiene lo poco que queda de la producción agrícola.
El campesino lo dejó claro sin necesidad de discursos grandilocuentes: “los que estamos metidos en el surco sabemos lo que tenemos que hacer.” Un mensaje directo para quienes desde sus oficinas pretenden arreglar con palabras lo que hace rato dejaron caer en pedazos.
