En TikTok no hay filtro, y así lo demostró la cubana Saray González (@saragmqueen), quien desde su auto lanzó una advertencia a todos los que sueñan con aterrizar en Miami y “comerse el mundo”. Según ella, la capital del sol puede ser un trampolín… o un agujero negro para tu bolsillo. “Miami no es para recién llegados, te lo digo por experiencia”, aseguró, desatando un debate encendido entre los usuarios.
Saray habló sin rodeos de lo que llama la “presión social” que sienten los recién llegados. Y es que, según su testimonio, Miami tiene esa mezcla explosiva de latinos, consumismo y ganas de mostrar que “la estás partiendo”. El resultado: gente que lleva apenas tres meses en la ciudad y ya anda con el carro del año, saliendo todos los fines de semana y viviendo una vida que no se corresponde con lo que realmente pueden pagar. En otras palabras: aparentar éxito rápido, aunque sea a crédito.
Pero ojo, su mensaje no fue para satanizar la ciudad, sino para aterrizar a la gente en la realidad. “Tienes que tener las metas bien claras si te vas a mudar para acá”, advirtió. Y dejó un dato clave: los salarios en Miami suelen ser más bajos que en otras ciudades de Estados Unidos, mientras que el costo de vida es altísimo. Dicho de otra forma, si no llegas con un negocio propio o un plan sólido, quizás lo mejor sea comenzar en otro lugar. Aún así, ella misma reconoce: “Me encanta Miami, me encanta la vibra, pero es una ciudad para personas que están bien económicamente”.
El video se llenó de comentarios de todo tipo. Algunos coincidieron con Saray: “Ni para recién llegados, ni para mí que llevo 32 años aquí. Te lo regalo con todos sus especuladores y prendas falsas”. Otros, en cambio, defendieron a Miami con uñas y dientes: “Yo llegué aquí y siempre me fue súper bien”, respondió una usuaria.
El debate se calentó cuando alguien preguntó: “¿En qué ciudad pagan mejor que en Miami?”. Y otro contraatacó: “Dudo que una de las ciudades más caras de USA no pague bien. En Texas o Las Vegas están pagando 12 la hora, y hay estados donde es menos todavía”.
Más allá de las discusiones, lo cierto es que el testimonio de Saray puso en la mesa una verdad incómoda: en Miami no todo lo que brilla es oro. Para algunos, es la tierra prometida; para otros, una trampa de deudas y apariencias. Quizás la clave está en lo que dijo una usuaria con mucha sabiduría popular: “Si uno se concentra en lo suyo, se puede caer el mundo alrededor que no le afecta”. Y tal vez ese sea el secreto para sobrevivir —y prosperar— en la ciudad del sol.