Una anciana discapacitada y vendedora ambulante en La Habana sufrió un robo despiadado en plena madrugada de este viernes, cuando un joven le arrebató varias de sus mercancías y hasta objetos personales, dejándola prácticamente sin nada.
El hecho salió a la luz gracias a un videorreportaje del medio independiente Cubanet, que mostró la dura realidad de la mujer, identificada como Eiliana González, quien fue sorprendida alrededor de las cuatro de la mañana mientras cuidaba sola el pequeño puesto donde intenta ganarse la vida.
Según contó la propia víctima, el ladrón —aparentemente bajo los efectos de la peligrosa droga conocida como “el químico”— le quitó una caja con ropa, productos de aseo, tenis y otras pertenencias que para ella representan su sustento diario.
“¿Para qué vienen a robarme?”
Entre lágrimas, Eiliana, de 64 años, confesó que además de vivir sola desde la muerte de sus padres, padece enfermedades crónicas como diabetes. “¿Para qué vienen a robarme? Yo soy una luchadora de muchos años. El Estado me paga apenas 1,543 pesos de pensión y con eso no alcanza para nada”, dijo con la voz quebrada, dejando al descubierto la miseria a la que el régimen somete a los jubilados.
A pesar de sus problemas de salud y las limitaciones físicas —tiene siete tornillos y dos láminas en una pierna tras una operación—, la anciana intentó perseguir al ladrón y hasta logró identificarlo como un joven del barrio, al que ya había visto merodeando días antes.
Ancianos sin protección en medio de la crisis
La historia de Eiliana retrata la vulnerabilidad extrema que viven miles de cubanos mayores de edad en un país donde la crisis económica y la inseguridad siguen en aumento, mientras el régimen se muestra incapaz —o desinteresado— en protegerlos.
La mayoría de los jubilados reciben pensiones de miseria que apenas alcanzan para comprar algo de comida, por lo que muchos se ven forzados a vender cigarros o productos básicos en la calle, exponiéndose a robos y agresiones.
Aunque las autoridades anunciaron que a partir de septiembre de 2025 las pensiones aumentarán hasta duplicar la mínima actual, los propios afectados saben que ese dinero seguirá siendo insuficiente para enfrentar la inflación y el costo de la vida, que se dispara mientras los salarios se quedan atrás.
Sobrevivir o desaparecer en la pobreza
Sin apoyo real y con una libreta de racionamiento que no alcanza ni para medio mes, los ancianos que no reciben remesas desde el extranjero enfrentan una realidad dura: buscarse la vida en la economía informal, alquilar un cuarto o resignarse a sobrevivir con lo poco que tienen.
La tragedia de Eiliana es solo un ejemplo más de cómo en Cuba la vejez dejó de ser una etapa de descanso para convertirse en una lucha diaria contra la pobreza, la inseguridad y la indiferencia de un gobierno que prefiere mirar hacia otro lado.
