En medio de apagones interminables, estantes vacíos y precios que parecen de otro planeta, Miguel Díaz-Canel volvió a encender la chispa de la indignación popular. Esta vez, no por nuevas medidas económicas, sino por un mensaje en redes sociales donde felicitó a las mujeres cubanas por su supuesta “resistencia creativa”.
El gobernante escribió en X (antes Twitter) que piensa en la mujer cubana “por su generosa entrega a la obra común, sonriendo en la dificultad y cantando en el triunfo”. Incluso se atrevió a llamarlo “una revolución dentro de la Revolución”.
Pero la reacción fue todo lo contrario a lo que esperaba. Las redes sociales se llenaron de críticas que desenmascararon la desconexión del discurso oficialista con la realidad diaria de las cubanas.
Una usuaria respondió indignada: “¿Qué tiene de ‘resistencia creativa’ lavar paños menstruales? Eso es miseria, compay”. Otro fue más directo: “La mujer cubana no sonríe, sufre la dureza de la vida mientras la tuya vive en la abundancia”.
Los comentarios siguieron llegando, resaltando que muchas madres, profesionales y jubiladas sobreviven con salarios de miseria, cocinando con carbón en pleno 2025 y aguantando apagones de más de 24 horas. La pobreza, la escasez y la desesperanza se han vuelto rutina.
Algunas críticas fueron aún más fuertes, recordando la represión contra mujeres que se atreven a protestar, incluidas las Damas de Blanco, y la existencia de presas políticas olvidadas por el régimen. Otros recordaron cómo la prostitución ha sido la única vía de subsistencia para muchas jóvenes, forzadas por la falta de oportunidades.
La frase “resistencia creativa” no tardó en convertirse en un chiste amargo y en símbolo del cinismo oficial. Para millones de cubanas, esa supuesta creatividad no es más que la habilidad de sobrevivir en la precariedad más brutal.
Lejos de sentirse reconocidas, muchas dejaron claro que el mensaje de Díaz-Canel es solo otro intento de maquillar una crisis que las golpea de frente. El régimen sigue vendiendo discursos, mientras el pueblo sigue viviendo en ruinas.