Cuando se habla de hospitales, uno imagina limpieza, higiene y espacios seguros para la recuperación de los pacientes. Pero en Camagüey, la realidad es otra y da miedo. El periodista independiente José Luis Tan Estrada encendió las alarmas en redes sociales tras mostrar el estado deplorable de los baños del Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech, describiéndolos como auténticas “ruinas olvidadas” que parecen todo, menos un lugar para sanar.
En una nueva entrega de su serie #CamagüeySePudre (XIII), Tan Estrada compartió fotos y testimonios que son difíciles de digerir: inodoros destruidos, paredes comidas por la humedad, techos a punto de caerse y un hedor insoportable que impregna el aire. Lejos de ser un espacio para atender a enfermos, la sala de cirugía parece un foco de infección abierto las 24 horas.
El comunicador no se quedó callado y lanzó una dura crítica al discurso oficial que todavía insiste en vender al mundo la imagen de Cuba como una “potencia médica”. Según sus palabras, lo que se vive en hospitales como este es justo lo contrario: abandono total, negligencia y riesgo para pacientes y trabajadores de la salud que deben enfrentar condiciones indignas.
“Más que un hospital, parece un campo minado de bacterias”, advirtió, mencionando el peligro de infecciones graves como estafilococos o estreptococos. Para Tan Estrada, lo que ocurre con la salud pública en Cuba es “negligencia criminal”, y no dudó en calificar el sistema como un “campo de exterminio silencioso” donde los enfermos están atrapados porque no tienen otra opción.
Y lo peor es que no es un hecho aislado. En mayo ya habían circulado graves denuncias sobre las condiciones del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, también en Camagüey. Allí los testimonios hablaban de cucarachas correteando por los baños, orina estancada, olores insoportables y utensilios médicos sucios en la sala de Gastroenterología… ¡un lugar donde atienden a niños con enfermedades delicadas!
Estas denuncias destapan lo que muchos cubanos ya saben de sobra: la salud en la Isla está lejos de ser el “orgullo nacional” que la propaganda oficial repite como disco rayado. Mientras los médicos hacen milagros con lo poco que tienen, los hospitales se caen a pedazos, y los pacientes se debaten no solo contra sus enfermedades, sino también contra la insalubridad y el abandono.