Un camión terminó volcado este domingo en la peligrosa vía Monumental, justo antes del puente de Santa Fe, en Guanabacoa. El siniestro volvió a encender la polémica sobre la irresponsabilidad de los inspectores de tránsito, quienes, según testigos, provocaron el desastre con su mala ubicación para detener vehículos.
“Fue culpa de los azules”, soltó uno de los presentes, asegurando que los inspectores eligieron un tramo en pendiente y sin barreras de protección para hacer su control. El camión, al perder estabilidad, acabó en la cuneta mientras los bomberos se fajaban para controlar la escena, como mostraron imágenes en Facebook publicadas por La Tijera y Alexander Ríos Cruz.
Hasta ahora, el régimen no ha soltado prenda sobre las causas exactas ni sobre posibles lesionados. Pero las versiones que circulan en redes apuntan a que el exceso de vehículos detenidos y la pésima decisión de parar en ese punto fueron factores claves para que la tragedia ocurriera.
Otro día, otra racha de accidentes en La Habana
Pero este no fue el único accidente del fin de semana. En Las Guásimas, Arroyo Naranjo, un Hyundai Palisade chocó con una moto tras supuestamente no respetar una señal de “Pare”. El motorista quedó herido y todavía no se sabe su estado.
Ese mismo día, en Centro Habana, otra moto con una niña a bordo se vio involucrada en un choque por la falta de señalizaciones y el irrespeto de los choferes. Y por si fuera poco, el viernes en Playa, un auto terminó patas arriba en plena calle 19 y 46, causando tremenda alarma en la zona.
Carreteras rotas, señales ausentes y culpas mal repartidas
La realidad es que la accidentalidad vial sigue siendo un problema serio en Cuba. Según cifras oficiales, en los primeros tres meses de 2025 hubo 1,738 accidentes, con 1,514 heridos y 173 muertos, un aumento de 27 fallecimientos respecto al año anterior.
Sin embargo, el régimen insiste en culpar solo a los choferes, repitiendo el cuento de que todo se debe al “factor humano”. Mientras tanto, ignora lo evidente: carreteras destrozadas, señalizaciones obsoletas y un parque automotor que parece salido de un museo, sin piezas ni mantenimiento.
Un dato que retrata la magnitud del problema: el propio gobierno ha admitido que el 75 % de las vías en Cuba están en estado regular o malo. Pero en lugar de asumir su responsabilidad y arreglar la infraestructura, sigue buscando culpables en otra parte.
Un sistema vial que no da más
La combinación de carros viejos, carreteras en ruinas y la falta de medidas reales para prevenir accidentes está cobrando vidas todos los días. Y mientras el pueblo sufre las consecuencias, las autoridades solo se limitan a ofrecer excusas y repetir estadísticas para aparentar control.
En un país donde moverse ya es un riesgo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo la vida de los cubanos dependerá de un sistema vial que está hecho trizas y de funcionarios más preocupados por multar que por evitar tragedias?