En Camagüey, una joven madre denunció la negligencia médica que, según afirma, le arrebató a su hija recién nacida y la dejó a ella al borde de la muerte, luego de que sus complicaciones durante el embarazo no fueran atendidas a tiempo.
El caso salió a la luz gracias al testimonio de Lianet Barranco, quien compartió su historia con el periodista independiente José Luis Tan Estrada. Según relató, ingresó en abril de 2025 al hospital materno de la provincia esperando recibir cuidados especializados para dar a luz. Pero lo que encontró fue desidia, falta de protocolos y una cadena de errores fatales.
La joven comenzó a presentar síntomas preocupantes: hinchazón, dolores y un malestar que iba en aumento. “No reaccionaron a tiempo”, contó Lianet, asegurando que no se le realizaron los estudios necesarios ni se le dio seguimiento médico adecuado.
Cuando finalmente llegó el diagnóstico, ya era demasiado tarde: preeclampsia severa, síndrome HELLP y un hígado graso agudo del embarazo. Su placenta había alcanzado un nivel crítico, pero nadie lo advirtió a tiempo ni le explicó la gravedad de su estado.
El desenlace fue devastador. La bebé murió y la vida de la madre estuvo pendiendo de un hilo. “Perdí a mi hija sin que nadie se hiciera responsable. Mi familia vio cómo me dejaron sin atención, cómo ignoraron las señales y cómo se perdió tiempo vital”, expresó con dolor.
Un patrón de abandono en la salud pública cubana
La joven insiste en que su tragedia no es un caso aislado. Denunció que en hospitales como el de Camagüey situaciones similares siguen ocurriendo y que el deterioro del sistema de salud cubano está cobrando vidas inocentes.
El reclamo de Lianet es claro: “Mi bebé merecía vivir. Y yo merecía ser cuidada”. Su voz se suma a la de muchas otras familias que exigen cambios urgentes en una red hospitalaria colapsada por la falta de recursos, equipos y personal calificado.
En julio, otro caso estremeció la provincia cuando un niño de apenas dos años falleció tras una cadena de negligencias médicas, que incluyó la ausencia de un especialista y la omisión de análisis clínicos esenciales. El resultado: un diagnóstico erróneo que terminó en la muerte del pequeño por complicaciones de dengue hemorrágico.
Un sistema que se desmorona
Estos testimonios confirman lo que el régimen se empeña en ocultar: el sistema de salud en Cuba está en ruinas. Los hospitales carecen de insumos básicos, el personal trabaja en condiciones deplorables y la atención médica se ha convertido en una ruleta rusa para los pacientes.
Mientras la propaganda oficial insiste en que la Isla sigue siendo una “potencia médica”, las familias cubanas enfrentan la cruda realidad de hospitales inseguros, negligencias mortales y la sensación de que en Cuba enfermarse puede ser una sentencia.