La localidad de Placetas, en Villa Clara, está de luto tras un hecho de violencia que ha dejado a toda la comunidad en shock. Una pareja fue hallada sin vida en lo que todo apunta a ser un feminicidio seguido de suicidio, una tragedia que vuelve a mostrar la falta de respuesta del régimen ante esta ola de crímenes.
Según testimonios compartidos en redes sociales, el agresor, conocido como El Caña, habría acabado con la vida de su pareja, Rosa Delia Morales, antes de quitarse la suya. Los cuerpos fueron encontrados por familiares después de dos días sin noticias, aumentando la conmoción en un pueblo que aún no asimila lo ocurrido.
Vecinos describen a El Caña como alguien alegre y tranquilo, lo que hace que el hecho sea todavía más incomprensible para quienes lo conocían. Pero la sorpresa no borra la indignación: otra mujer cubana perdió la vida en medio de un sistema que sigue sin protegerlas.
Dolor y recuerdos que duelen
Amigos y allegados de Rosa Delia han dejado mensajes cargados de cariño y tristeza. Una amiga cercana escribió que siempre la recordarán como una persona de grandes enseñanzas, alguien que dejó huella en todos los que compartieron momentos con ella.
Una sobrina también agradeció las muestras de apoyo y expresó su deseo de seguir los pasos de su tía para ser tan maravillosa como ella. Las redes se llenaron de mensajes similares, reflejando la pérdida de una mujer querida y respetada en la comunidad.
Una cadena de feminicidios que no se detiene
Este caso no es aislado. En apenas dos semanas, tres feminicidios han sacudido la isla, dejando familias rotas y comunidades indignadas.
En Holguín, Milagros Batista Estévez, de 56 años, fue apuñalada por su expareja, pese a haberlo denunciado tres veces ante las autoridades, que nunca hicieron nada. En el momento del crimen, estaban presentes una niña de seis años y un bebé de nueve meses. “Este crimen pudo haberse evitado”, denunció su hijo, evidenciando la negligencia oficial.
Poco después, en Centro Habana, una joven fue asesinada en su vivienda de la calle Amistad, supuestamente por su pareja. Vecinos dicen que la muchacha era el sostén económico del agresor, una situación tristemente común en un país donde la miseria y la violencia se entrelazan.
En Boyeros, La Habana, Bárbara Elena Tejería Magdaleno, madre de tres hijos, fue brutalmente atacada por su expareja cuando intentaba recoger sus pertenencias. Su cuerpo fue hallado días después en un descampado, en avanzado estado de descomposición. El presunto agresor apareció muerto en una zona cercana.
Un régimen que calla mientras las víctimas aumentan
Como siempre, las autoridades cubanas no han dado la cara ni han ofrecido explicaciones sobre estos crímenes. Organizaciones feministas independientes como YoSíTeCreo en Cuba denuncian que ya suman 26 feminicidios en 2025, además de otros casos en investigación en varias provincias.
El dolor que hoy vive Placetas se une al clamor de decenas de comunidades en la isla: ¡basta de indiferencia, basta de impunidad! Cuba necesita medidas reales y urgentes para frenar esta violencia que está segando vidas de manera imparable.
“Luz eterna para ti, ángel de amor. Nunca te olvidaré, mi querida Rosa”, escribió otra amiga de la víctima. Un mensaje que resume la herida abierta en un país donde las mujeres siguen desprotegidas y el Estado prefiere mirar hacia otro lado.
