En medio de la ola de violencia y consumo de drogas que sacude a Cuba, un hombre fue arrestado en La Habana Vieja durante una operación del Ministerio del Interior (MININT), según reportes difundidos por páginas afines a la propaganda oficial.
El perfil anónimo vinculado al régimen, Elizabeth Ferrer, aseguró que “los agentes lograron capturar al individuo, incautándole cocaína y una suma de dinero en efectivo”, aunque sin especificar la fecha exacta del operativo. Como es costumbre, difundieron imágenes de la mercancía y el efectivo para reforzar su versión de los hechos.
Otra redada en Playa y detenciones en Centro Habana
La misma fuente reveló que el jueves un hombre y una mujer fueron detenidos en un operativo policial en el reparto Buenavista, Playa. La acción, realizada en la calle 62, entre 25 y 27, fue presentada como parte de los “esfuerzos continuos” para enfrentar el narcotráfico en la isla.
Un día antes, también se informó sobre el arresto de dos personas acusadas de distribuir la peligrosa sustancia conocida como “químico” en las inmediaciones del parque El Curita, en Centro Habana, un lugar señalado por los propios vecinos como zona crítica para el consumo y venta de drogas.
Juicios ejemplarizantes y un problema en aumento
En los últimos meses, el régimen ha recurrido a juicios públicos con condenas de hasta 20 años de prisión, buscando proyectar autoridad en medio de una realidad social que se les escapa de las manos. A esto se suma la creación, en febrero, del Observatorio Nacional de Drogas (OND), con la promesa de implementar sistemas de alerta temprana para frenar nuevas sustancias en el mercado.
Un fenómeno que desborda al régimen
A pesar de la propaganda oficial, la realidad es que la crisis de drogas en Cuba no deja de crecer. El aumento del consumo entre los jóvenes y la expansión del tráfico evidencian un país donde la desesperanza, la falta de oportunidades y el abandono estatal han creado el caldo de cultivo perfecto para que este fenómeno se dispare.
El régimen intenta ocultar que la raíz del problema está en el deterioro social, la pobreza y la corrupción institucional, pero la calle habla por sí sola. Cada operativo policial y cada juicio ejemplarizante son solo parches en un sistema que hace aguas por todos lados.