¿Te imaginas tener que encender un fogón de leña a las dos de la mañana porque tu hija te pide leche? Para muchos suena a historia del pasado, pero en Cuba es la realidad de miles de familias. Y eso mismo contó en TikTok una joven madre cubana que, entre humo, tizne y cansancio, lucha a diario para que a su niña no le falte comida.
La usuaria @darlinmedina93 decidió abrir su corazón en redes y mostrar cómo es realmente cocinar en la isla en medio de la escasez de gas y electricidad. Mientras en otros países la gente tiene cocinas modernas, hornos eléctricos y hasta air fryer, ella confiesa que apenas cuenta con una ollita de corriente y algún que otro “tanquecito de gas”… que casi nunca puede usar, porque simplemente no hay.
“Los cubanos vivimos atrapados en el pasado”, dice con una mezcla de resignación y orgullo. Y tiene razón: cuando se acaba el gas y el carbón, lo único que queda es la leña. Pero lo que para algunos es “romántico” o “sabroso de vez en cuando”, para ella es una pesadilla diaria. “Sí, cocinar con leña puede ser rico, pero no cuando tienes que hacerlo todos los días y tu casa se llena de humo, tizne y sofoco”.
Su testimonio se vuelve aún más duro cuando cuenta que muchas veces le toca prender el fogón en plena madrugada. “Cuando tu hija te pide leche a las dos de la mañana, ahí es cuando sabes lo que es encender leña a esa hora. Entonces, ven y dime que es rico cocinar así”, lanza como respuesta a quienes intentan romantizar su realidad.
Pero detrás del cansancio, hay algo más fuerte: el amor de madre. “Aunque lo hago con orgullo, porque mi hija no se puede quedar sin su pomito de leche”, asegura. Y es imposible no conmoverse con esa mezcla de agotamiento y ternura.
Claro, como en toda red social, no faltaron los comentarios fuera de lugar. Algunos criticaron su apariencia, y ella respondió sin pelos en la lengua: “Niña, ven a vivir a Cuba. Una balita de gas aquí te cuesta más de 100 dólares en la calle porque el Estado no te da nada”. Además, recordó que, pese a las dificultades, las cubanas se cuidan y se dedican tiempo, porque también son mujeres.
Su historia no es un caso aislado. En Holguín, Las Tunas y muchas otras provincias, familias enteras cocinan con leña a falta de gas o electricidad. De hecho, organizaciones como Food Monitor Program han alertado que más de nueve millones de cubanos no tienen acceso estable a estos servicios. Eso ha disparado la tala de árboles para conseguir leña y ha convertido la cocina diaria en una batalla contra la escasez.
En medio de este panorama, hay quien intenta buscar soluciones creativas. En Cumanayagua, un joven fabrica fogones de carbón a partir de ollas arroceras viejas para ayudar a sus vecinos. Mientras tanto, el precio del carbón ya se dispara hasta los 3,000 pesos en algunos lugares.
El propio periódico oficialista Girón tuvo que reconocer lo evidente: muchos cubanos cocinan en fogones improvisados. Y como dice otra usuaria en TikTok, entre apagones, ollas llenas de hollín y noches sin dormir, “la vida doméstica en Cuba es un eterno sobrevivir”.
Lo que está claro es que, aunque cocinar con leña pueda sonar pintoresco para algunos, en Cuba es un recordatorio de cuánto pesa la crisis energética en la vida de las familias. Y al final, lo único que sostiene a estas madres es el amor por sus hijos.
