El barrio de El Sala’o, en Santiago de Cuba, quedó paralizado este martes tras un hallazgo que heló la sangre a más de uno. En el Micro 3 del Centro Urbano Abel Santamaría, trabajadores de la Empresa de Comunales encontraron una cabeza humana en avanzado estado de descomposición dentro de un contenedor de basura.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada fue de los primeros en dar a conocer el hecho. Según relató, los obreros vaciaban la basura en la volqueta del tractor cuando, de repente, la cabeza hinchada y en descomposición sobresalió entre los desperdicios. La escena, tan macabra como inverosímil, provocó gritos y un pánico inmediato entre quienes estaban presentes.
El contenedor estaba situado nada menos que entre el punto de venta de gas y la tienda en MLC del barrio, dos sitios muy concurridos por la población. De ahí que la impresión fuera aún mayor: una prueba brutal de cómo la violencia ya no se esconde en los rincones, sino que aparece en plena calle, delante de todos.
Vecinos comentaron que desde hacía días se hablaba de la desaparición de una persona en la zona. Ese detalle ha encendido aún más las alarmas y la incertidumbre, porque nadie sabe si la cabeza encontrada pertenece a ese desaparecido ni dónde está el resto del cuerpo.
Tras el hallazgo, la policía llegó para acordonar el área e iniciar una investigación, aunque como de costumbre, el régimen maneja la información con hermetismo y sin transparencia. Hasta ahora no se ha confirmado la identidad de la víctima, y mucho menos se han ofrecido respuestas a los pobladores que viven en vilo.
Este crimen ha dejado a la comunidad conmocionada y desnuda otra realidad que el castrismo pretende tapar: Santiago de Cuba, como tantas ciudades de la isla, se hunde en un clima de inseguridad creciente, donde la violencia, la impunidad y el silencio oficial se combinan en un cóctel de miedo.