Bayamo amaneció este lunes con un espectáculo poco común y, para muchos, alarmante: una tormenta local severa con caída de granizos enormes sorprendió a los vecinos de la ciudad y sus alrededores en la provincia de Granma. Las piedras de hielo eran tan grandes que los residentes las compararon con pelotas de golf o de ping pong, algo totalmente fuera de lo normal en el oriente cubano.
Las imágenes que circularon en redes sociales dejaron a más de uno con la boca abierta. Vecinos de Bayamo y Manzanillo compartieron fotos de cubos llenos de granizo, como si de una nevera industrial se tratara. La rareza del fenómeno, en una zona donde apenas se conocen episodios de este tipo, generó asombro pero también preocupación.
Según informó el Centro Nacional de Radares Meteorológicos del Instituto de Meteorología (INSMET), a las 4:20 p.m. ya se había emitido una advertencia de fuertes tormentas eléctricas y lluvias intensas para la provincia. Lo que no imaginaron los bayameses es que la naturaleza llegaría con semejante descarga de hielo sobre sus cabezas.
Por suerte, hasta ahora no se han reportado daños materiales ni pérdidas humanas, aunque las autoridades meteorológicas recomiendan estar atentos a la evolución de las condiciones, porque el mal tiempo en Granma todavía no ha dicho la última palabra.
Lo cierto es que fenómenos como este ponen de relieve la vulnerabilidad de Cuba frente a desastres naturales, en un contexto donde la infraestructura está en ruinas y la respuesta estatal suele ser lenta e improvisada. Mientras los vecinos de Bayamo miraban al cielo con asombro, lo que queda claro es que en la isla la gente depende más de la suerte que de un verdadero sistema de prevención y protección civil, porque el régimen lleva décadas desatendiendo lo esencial: seguridad, vivienda y un mínimo de bienestar para la población.