Cuando se habla de humor cubano, es imposible no mencionar a Boncó Quiñongo. Pero esta vez no fue un chiste ni una parodia lo que puso a hablar a sus seguidores, sino un mensaje lleno de sentimientos. El comediante celebró nada menos que 20 años en Estados Unidos y lo hizo con un repaso muy personal sobre lo que ha sido su vida lejos de la isla, su despertar político y el valor que le da hoy a la familia.
Boncó lo compartió todo en un post en Facebook que conmovió a muchos. Allí confesó que fue en Miami donde “conocí la verdadera historia de Cuba”, una frase que resume el golpe de realidad que vivió después de salir de Barcelona rumbo a EE.UU. Y ojo, que su llegada tampoco fue improvisada: lo hizo con contrato de trabajo y con el apoyo de su colega y amigo Carlucho, quien fue clave en ese nuevo comienzo.
En esas líneas, Boncó recordó que desde el primer momento no dudó en plantarse contra la dictadura cubana. Sus experiencias en medios como Radio Martí y Radio República, donde tuvo contacto directo con presos políticos como Antúnez, le reforzaron la convicción de que su papel como artista y exiliado debía ir de la mano de la denuncia. “He sido consecuente todos estos años”, dijo con orgullo, reafirmando su lema de vida: “Dios, Familia, Patria y Libertad”.
Eso sí, Boncó dejó claro que no se sube a todas las modas. “No soy youtuber ni influencer”, advirtió, aunque reconoce y respeta a quienes utilizan esas plataformas para expresar lo que sienten contra el régimen. Él prefiere definirse como lo que siempre ha sido: un artista que lleva casi cuatro décadas intentando hacer reír y reflexionar al pueblo cubano, dentro y fuera de la isla.
Su popularidad no nació en Miami, sino en la televisión cubana, donde programas como Sabadazo lo convirtieron en un rostro querido. Y aunque ahora su humor se combina con reflexiones más serias sobre el exilio, Boncó nunca ha dejado de hablar desde el cariño, sin caer en el odio. Eso le ha permitido conectar con un público que lo ve como mucho más que un comediante.
Por supuesto, 20 años en el exilio también han estado marcados por dolores profundos. En 2018, vivió uno de los momentos más especiales de su vida: el reencuentro con sus hijas Nathaly y Naomi en Punta Cana, después de años sin verlas. Para él, aquello fue una confirmación de que la verdadera felicidad está en la familia, no en el dinero ni en el poder.
Pero no todo ha sido alegría. Boncó confesó entre lágrimas en el pódcast El Confesionario, de Carlucho, que no sabe dónde está enterrado su padre, lo cual sigue siendo una herida abierta. “A mí me separó de mis hijas, me separó de mi papá”, soltó con crudeza, recordando el precio humano del exilio.
También ha tenido que enfrentar críticas dentro del propio exilio. Algunos le han reprochado no asistir a ciertas marchas o apoyar iniciativas con las que no todos están de acuerdo. Su respuesta fue contundente: “No quiero que ahora me digan que si yo no estoy en Washington… porque es lo mismo que pasaba en Cuba, con alguien del comité apuntando con una libretica”. Su mensaje es claro: está a favor de la unidad y la libertad, pero no de reproducir las mismas imposiciones que tanto daño han hecho dentro de la isla.
Al final, estos 20 años han sido para Boncó una mezcla de lucha, crecimiento personal y amor por los suyos. Y si algo queda claro en cada palabra que comparte es que, aunque esté lejos, su corazón sigue latiendo por Cuba.