¿Tú te imaginas ir a visitar la tumba de tu ser querido y descubrir que hasta la lápida se la llevaron? Pues eso mismo le pasó a una familia en Camagüey, y la denuncia ha encendido las redes sociales. En medio de la crisis que vive Cuba, ni los muertos pueden descansar tranquilos.
La historia comenzó cuando una mujer llamada Marlynln PS compartió su indignación en el grupo de Facebook Revolico Camagüey. Según contó, su hija y su madre fueron al cementerio a rendir homenaje al difunto en el día de su cumpleaños. Pero lo que debía ser un momento íntimo y solemne se convirtió en una pesadilla: la lápida ya no estaba.
La última vez que habían visitado la sepultura, apenas un mes antes, todo estaba en orden. Así que, claramente, el robo ocurrió en ese intervalo. Lo que más indigna es que en un lugar donde debería reinar el respeto, la vigilancia brilla por su ausencia. Marlynln lo dijo sin rodeos: “¿Qué coño hacen los custodios en ese lugar? Igual puedo pensar que ellos mismos se las roban. Cuba es una perdición total”.
En su publicación, la mujer no solo mostró su dolor, sino que también lanzó un mensaje cargado de rabia y desahogo hacia los responsables: “Si fuiste tú quien se robó la lápida de mi papá, deseo que ese dinero que obtuviste lo gastes en medicinas, y que no te alcance”. A pesar de todo, aseguró que volverá a ponerle una lápida a su padre, pero dejó claro que el daño moral ya estaba hecho.
Este caso no es aislado. Cada vez son más frecuentes las denuncias sobre robos en los cementerios cubanos. Mármol, metales, piezas de valor… todo va a parar al mercado negro o a fundiciones ilegales. Y mientras tanto, las familias quedan con el dolor añadido de ver que sus seres queridos ni siquiera pueden descansar en paz.
La falta de vigilancia, el abandono y hasta la complicidad de algunos custodios han convertido los cementerios en un terreno fértil para el saqueo. Lo más triste es que ya no hablamos solo de tumbas sin lápidas, sino de nichos abiertos, restos humanos expuestos y cementerios que parecen ruinas en lugar de lugares de recogimiento.
De hecho, en varias ocasiones los propios vecinos han denunciado el estado deplorable de los camposantos en Camagüey y otras provincias. Vegetación desbordada, sepulturas destruidas y falta total de mantenimiento. Hasta la prensa oficialista, que suele tapar estas cosas, reconoció en julio que otro cementerio cubano estaba en ruinas.
El caso de la familia de Marlynln solo confirma una amarga realidad: en Cuba, la crisis es tan profunda que alcanza hasta a los muertos.
