La podredumbre del aparato estatal volvió a quedar al desnudo. Cinco directivos de la Empresa de Suministros Agropecuarios de Sancti Spíritus fueron condenados por negligencia y malversación, tras provocar un agujero financiero de más de 97 millones de pesos. Un golpe brutal para una economía ya en ruinas por culpa de la mala gestión del régimen cubano.
El periódico oficialista Escambray intentó maquillar el escándalo, pero los detalles son un retrato claro de la desidia administrativa que impera en las instituciones del país. El juicio, correspondiente a la Causa No. 64 de 2025, se llevó a cabo el 22 y 23 de agosto en la Sala Penal del Tribunal Provincial Popular de Sancti Spíritus.
Toneladas de alimentos perdidos por pura incompetencia
Durante las audiencias se destapó cómo la negligencia de los responsables provocó pérdidas millonarias. Una nevera de productos cárnicos destinada a alimentar a los propios trabajadores sufrió desperfectos mecánicos dos veces, y los jefazos, sabiendo del problema, no movieron un dedo para salvar salami, sardinas, masas de hamburguesa, picadillo y pescado.
El resultado fue la descomposición de toneladas de alimentos, con pérdidas que superaron los tres millones de pesos. Un lujo de despilfarro para un país donde la gente hace colas interminables para comprar un pedazo de pollo.
Negocio fraudulento y un socio fantasma
El caso más grave, sin embargo, fue la entrega de insumos valorados en 94 millones de pesos a un supuesto trabajador por cuenta propia, presentado como representante de un Proyecto de Desarrollo Local. No pagó un centavo y luego abandonó el país, dejando a la empresa vacía y sin forma de recuperar el dinero.
El tribunal declaró culpables a los exdirectivos de incumplir su deber de preservar los bienes de la entidad y de participar en actos de malversación. Las condenas fueron durísimas: 20 años para la exdirectora general, 18 para el director de la UEB Comercializadora, 16 para el director comercial y 10 para el asesor jurídico. El exdirector que estuvo al mando en 2023 recibió dos años y medio, pero con trabajo correccional en lugar de prisión.
Un régimen corroído por su propia corrupción
Más allá de las condenas, el juicio destapa un patrón de corrupción que atraviesa todo el entramado estatal cubano. Apenas semanas atrás se reveló que GAESA arrastra deudas que superan los 18.000 millones de dólares, mientras en los tribunales otras funcionarias de Vivienda también fueron sancionadas por delitos similares.
La realidad es que la corrupción ya no es excepción, sino norma dentro de un sistema que no rinde cuentas y donde las pérdidas multimillonarias recaen siempre sobre los hombros del pueblo.
En las calles, la desesperación se traduce en mercado negro, sobornos y abusos descarados. Desde la venta clandestina de periódicos en Matanzas hasta choferes estatales en La Habana cobrando 100 CUP por un simple viaje, los ejemplos abundan y confirman que el país se desmorona entre desfalcos, impunidad y miseria.
